Multas por correo
Hay carteros de Madrid que están enojados con EL PAÍS: en el reportaje titulado Cumplir o morir (21 de junio), sobre las nuevas normas de tráfico, se afirmaba que la Policía Municipal formula a diario 7.500 denuncias por infracciones, pero sólo cobra el 10% en el periodo voluntario. Y añadía: "Un 50% de las multas quedan invalidadas porque Correos las deposita en el buzón en lugar de entregarlas en persona". Esto es "absolutamente falso", escribe al Ombudsman el repartidor postal Jesús Ortega Calahorra. Y recuerda que ya en 1989 se dijo lo mismo en las páginas del periódico y ello provocó un desmentido por parte del servicio de Correos. Como entonces, la información procedía del Ayuntamiento. En esta ocasión se ha repetido lo mismo, e actualizando la cifra de las multas impagadas por no llegar a manos de los destinatarios las correspondientes notificaciones.En el departamento de multas municipales se ha matizado: la frase sobre las multas invalidadas por haber sido depositados los avisos en el buzón resulta una afirmación incompleta.
Como Ortega Calahorra explica, el Ayuntamiento facilita a Correos un listado de las notificaciones (nombre, apellidos y domicilio del destinatario), en el que constan a pie de página los motivos por los que no haya podido hacerse la entrega: "1, ausente en dos repartos, deposita en buzón; 2, desconocido; 3, ausente sin señas; 4, fallecido; 5, no existe calle; 6, no existe número; 7, rehusado en su domicilio; 8, reexpedido; 9, depositada en domicilio".
Estas incidencias que puede sufrir cada envío son consignadas por el repartidor en el llamado libro del cartero. Las notificaciones se depositan, pues, en el buzón en cumplimiento de una de estas normas establecidas, precisamente, por el propio Ayuntamiento. Considera el comunicante que en el reportaje se "culpabiliza a los carteros de unas consecuencias jurídicas -por no decir efectos jurídicos- a las que son totalmente ajenos".
Si algunos avisos de multa pueden haber ido directamente al buzón del destinatario sin cumplir el trámite de intentar por dos veces la entrega personal, no hay constancia fehaciente de ello. No se puede generalizar sobre este asunto. Los carteros, como recuerda Ortega Calahorra, se atienen a las normas.
La información no se contrastó con uno de los intervinientes en el trámite de las notificaciones, Correos, y resultó que pudo interpretarse en el sentido de que los carteros son responsables del impago de muchos miles de pesetas.
El Libro de estilo es claro: "En los casos conflictivos hay que escuchar o acudir siempre a las dos partes en litigio". No se hizo.
Crónica repetida
Los lectores de la edición de Andalucía se encontraron el 15 de julio con la repetición de la crónica taurina (feria de San Fermín) del día anterior. "Me duele", se queja al Ombudsman José Antonio Ardoy desde Granada.
No es la primera vez que se repite al día siguiente una información. En este caso, el redactor jefe de cierre, Juan Francisco Janeiro, atribuye el fallo a una anomalía producida por las rigideces horarias a que está obligado el sistema de distribución. Estaba previsto incluir la crónica del día; sin embargo, el festejo se prolongó más de lo habitual y las comunicaciones en el sistema informático no funcionaron de forma perfecta. "La crónica no llegó al taller en el tiempo fijado y la rotativa arrancó sin esperar a que se cambiara la plancha para incluir la información de la corrida que había terminado minutos antes". Los primeros ejemplares de la edición nacional del día 15, dedicados básicamente a la distribución en el extranjero, llevaban la crónica que se había incluido el día anterior en la de Andalucía. De ahí que los lectores de esta región se sorprendieran con la repetición de la reseña.
Comentario "irreal"
En la programación de televisión (edición de Valencia de 16 de junio) se dio noticia de la película Pasaporte para el terror (Canal 9) en estos términos: "Lee Remick va a pasar el peor crucero de su vida. Unos sustos por aquí, unos gritos por allá y el telefilme de turno". El lector Francisco Navarro Pariente protesta: ni gritos ni sustos.
Animado por la breve nota, el lector se aplicó al televisor y no vio lo que se anunciaba en la corta reseña: "Me encontré con una película donde lo menos importante son los breves instantes que dura el crucero". Comprende que "el redactor que hizo la nota no conozca latrama de todas las proyecciones cinematográficas que se pasan por televisión, porque esto sería un grado de conocimiento prácticamente imposible de alcanzar". Expresada esta actitud comprensiva, añade: "Pero lo que no puedo aceptar de un periódico de la seriedad y dignidad de EL PAÍS es que publique comentarios absolutamente irreales e inexistentes". Dice que no es aceptable que "se invente el comentario y confunda a los lectores".
El autor de la breve nota, Antonio Albert, explica que para realizar las críticas de las películas de televisión se basa en sus fichas y en el recuerdo que conserva de ellas. "En el caso de Pasaporte para el terror me guié por mis propias impresiones". Cuenta que al tratarse de un comentario tan breve le resultó difícil dar muchas explicaciones sobre el argumento. "A menudo, tomarse al pie de la letra una frase puede provocar confusiones", dice. "También es cierto", agrega, "que la memoria me confundió, con lo cual lo único que puedo aducir es que lamento que [la película] me impresionara tan poco como para tener tan confuso recuerdo". El lector lo ha aclarado.
Esta columna no reaparecerá hasta septiembre: el Ombudsman estará de vacaciones. Las cartas al Defensor del Lector serán recogidas en la secretaría y atendidas a partir del citado mes.
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