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Yerba para comer y agua sucia de río para beber

La población de Gorazde está bebiendo agua del río Drina pese a que en su caudal todos los días ve pasar flotando siete u ocho cadáveres más o menos mutilados, según declara el alcalde de esta ciudad de Bosnia oriental, Nedzim Batic, a través de las ondas de una emisora de radioaficionados. Sin agua corriente ni fluido eléctrico, comiendo y fumando yerba, de no llegar pronto ayuda internacional, los habitantes de esta ciudad que no mueran bajo las granadas de la guerrilla serbia fallecerán víctimas de epidemias o del hambre.En Velika Kladusa, otra ciudad bosnia, en el norte de una bolsa de población musulmana de unos 30 kilómetros de perímetro también sitiada por fuerzas serbias, 3.000 de los 70.000 moradores actuales, en gran parte refugiados, padecen afecciones intestinales por la falta de cloro para el agua y otras deficiencias sanitarias, según su alcalde, Eyup Alagic. Nueve niños han muerto en las últimas semanas, uno de ellos, de 14 meses, de tuberculosis.

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Gorazde, a punto de caer a manos de los serbios

"Desde hace unos días, los serbios están abandonando la ciudad. Algunos amigos vienen a despedirse llorando a mi oficina. Tienen orden del SDS (Partido Democrático Serbio del líder de la guerrilla, Radovan Karadzic) de abandonar inmediatamente la ciudad y ya les han adjudicado casas de musulmanes huidos de Sanski Most, Prijedor y Bosanska Krupa", señala Alagic.

Este está convencido de que en cuanto hayan salido los serbios, comenzarán los bombardeos a la ciudad. "Es lo que han hecho en todas partes. Les ordenan marcharse y después dicen que huyen aterrorizados por nosotros y nos atacan".

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