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La pareja se lleva bien

La incapacidad de la Bolsa para iniciar cualquier reacción alcista está más que demostrada. Lo que se está volviendo a demostrar ahora, y la Encuesta de Población Activa lo confirma, es que la actual situación económica permite convivir sin problemas a la inflación y el paro, una pareja que los economistas de los cuarenta a los setenta habían condenado al fracaso. Los datos sobre el aumento del empleo conocidos ayer demuestran que las dos variables van en la misma dirección: el paro aumenta sin que la inflación descienda. Hasta hace una década se manejaba la política económica de tal modo que cuando el paro aumentaba demasiado se generaba un poco de inflación para animar la economía y reducir el desempleo. Y viceversa: cuando la Inflación crecía demasiado bastaba con reducirla para hacer descender el paro. Todo esto parece hoy, visto en líneas generales, un disparate económico. Pero lo cierto es que a la Bolsa no le va bien que la inflación y el paro convivan como si nada. La Bolsa actual se resiente de esta situación: la inflación eleva los costes, encarece los precios, perjudica la competitividad, reduce los beneficios y produce elevaciones de las rentabilidades de los productos financieros. Todo un círculo vicioso del que: salir.

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