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El potro de Montreal

Alberto Juantorena, el héroe cubano de 1976, defiende el poder de la revolución

Alberto Juantorena es el único atleta del mundo que ha ganado la medalla de oro en 400 y 800 metros lisos en unos Juegos. Esta hazaña (Montreal, 1976) le consagró como uno de los deportistas más destacados de todos los tiempos y le abrió las puertas de su país. Juantorena, de 41 años, es, 16 años después, vicepresidente del Instituto Nacional de Deportes (Inder) y del Comité Olímpico Cubano, además de miembro del consejo de la federación internacional.

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Alberto Juantorena tiene un gran retrato de Che Guevara en su despacho de la Ciudad Deportiva de La Habana. Para él, política y deporte están indisolublemente unidos, y por eso cree: "Cuba va a hacer una reaparición victoriosa en Barcelona". Los cubanos llevaban 12 años ausentes de unos Juegos."Pensamos obtener más de 20 medallas y estar entre los 10 primeros países del mundo, una aspiración que para un país del Tercer Mundo es bastante fuerte", asegura Juantorena, quien explica que el alto nivel internacional alcanzado por el deporte cubano sólo ha sido posible gracias "a la política de la revolución cubana, y muy especialmente gracias a Fidel".

"La revolución ha graduado 27.000 profesores de Educación Física y concede becas y licencias deportivas a los atletas para que puedan entrenarse sin preocupaciones de sueldo o empleo", afirma Juantorena, licenciado en Economía.

Sin embargo, pese al apoyo total que el Estado cubano da al deporte desde hace 30 años, la crisis económica que sacude a la isla ha afectado también al Inder y ha obligado a sus dirigentes deportivos a buscar vías de autofinanciación. "Seguimos percibiendo 130 millones de pesos anuales, pero ahora ya no recibimos nada de los tres millones de dólares que teníamos asignados por el Estado cada año", aclara. "Ahora los únicos dólares que tenemos para financiar la compra de equipos y el viaje de nuestros atletas al exterior son aquellos que nosotros mismos somos capaces de conseguir".

La principal vía para obtener estos recursos, señala Juantorena, es la prestación de servicios de asesoría y de entrenamiento a equipos o deportistas de otros países, fundamentalmente latinoamericanos. Especialistas cubanos trabajan ya en México, Venezuela, Colombia, Perú y Brasil enseñando técnicas de boxeo, atletismo o voleibol, y también algunos técnicos en España e Italia entrenando a los nacientes equipos de béisbol.

Otra forma de captar divisas es la publicidad, antes tema tabú en la isla, y la celebración de algunas competiciones, como la Copa Mundial de atletismo, que se llevará a cabo los días 25, 26 y 27 de septiembre próximo en La Habana. "La publicidad va. a continuar, pues no daña ni perjudica la moral del deportista", dice Juantorena.

Un boicoteo de 12 años

Apodado el elegante de las pistas por su forma de correr, Alberto Juantorena estaba en plena forma en 1984, cuando las Olimpiadas de Los Ángeles fueron boicoteadas por la URSS y la comunidad socialista en represalia por el boicoteo norteamericano a Moscú.

Como él, la lanzadora de jabalina María Caridad Colón y el lanzador de disco Luis Mariano Delis podían haber obtenido medalla. Sin embargo, pese a que la solidaridad socialista de Cuba con la URSS y Corea del Norte privó a una generación de atletas de posibles éxitos, Juantornea cree que mereció la pena: "No fue inútil porque nosotros actuamos según nuestros principios y fue una decisión aprobada por todos los atletas cubanos".

Juantorena mira de frente el retrato del Che. A su juicio, el deporte y la política están unidos. "Los atletas cubanos saben que compiten por su país y por su bandera", afirma Juantorena. "Si no ¿cómo te explicas que atletas que podrían ser millonarios fuera de Cuba sigan representando a la revolución?".

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