Atascos de más de siete horas en el tráfico de fin de semana entre Madrid y las playas mediterráneas
El primer fin de semana del verano con el termómetro por encima de los treinta grados sembró de gigantescos atascos los accesos de Madrid y Barcelona. Las retenciones para salir de Madrid el viernes pasado alcanzaban hasta la Castellana, el centro de la ciudad. Pero el retorno fue peor, sobre todo, para los millares de automovilistas que regresaban de las playas mediterráneas expuestos a retenciones de más de siete horas y media el domingo por la noche. Según la Dirección General de Tráfico, esta situación se repetirá durante los restantes fines de semana del verano.
El tráfico del pasado fin de semana será recordado como uno de los peores de su vida para los millares de automovilistas que tuvieron que circular entre Madrid y las zonas turísticas de Valencia, Alicante y Murcia.La apertura de la autovía entre La Roda (Albacete) y Honrubia (Cuenca) que enlaza las carreteras de Alicante a Madrid con la de Madrid-Valencia se convirtió en una trampa para quienes la eligieron el domingo en su regreso desde Alicante creyendo que así ganaban tiempo. No sabían lo que les esperaba. Honrubia se convirtió en un embudo en el que confluyeron con los que venían de Valencia. Todos invirtieron cuatro horas de más en el viaje.
Según la Dirección General de Tráfico, la carretera nacional N-III (Madrid-Valencia) padeció retenciones de más de 20 kilómetros a su paso por Arganda en cuya travesía los semáforos originaron atascos desde las 17.45 horas de la tarde hasta las 23.00 de la noche. En las cercanías de Honrubia las retenciones no se quedaron a la zaga. En Montalbo, seis kilómetros de atascos entre las 20.00 horas y las 3.00 de la madrugada del lunes, en Cervera del Llano, 23 kilómetros de retenciones durante el mismo espacio horario y en Honrubia mismo siete kilómetros, entre las 22.30 y las 2.30.
Esta sobredosis de atascos para quienes sólo querían dar una vuelta por las playas para huir del tórrido calor mesetario ha pillado desprevenidos a millares de automovilistas, ignorantes del precio que han tenido que pagar por ello. Nadie les había avisado.
Las operaciones especiales que la Dirección General de Tráfico monta coincidiendo con las fechas convencionales de inicio y fin de las vacaciones se convierten en ineficaces. Los automovilistas huyen de esas fechas y en la huida vuelven a confluir en los vulgares fines de semana para los que nada se prevée. El último, que ha coincidido con la mitad de julio y el termómetro apretando fuerte, ha sido espectacular.
En Barcelona el buen tiempo suele convertir en frecuentes las aglomeraciones de entrada y salida de la ciudad los fines de semana. Aún así el último acumuló atascos de salida el domingo por la manaña en la N-II por Montblanc, la A-19 por Mataró, Santa Cristina de Aro por la C-250, Vilafranca del Penedés por la C-244, retenciones de 9.30 a 13.15 horas en El Prat de Llobregat por la C-246 y Vendrell y Sant Celoni por la A-7. Por la tarde repetición de la operación en todas las vías con retenciones de 6 a 8 kilómetros entre las 17.00 y las 23.00 horas.
Consejos
Nada comparable como se ve con lo que padecieron los madrileños en varias direcciones (cuatro horas de retenciones por la C-501 en Pelayos de la Presa, tres kilómetros en la N-I en La Cabrera y San Sebastián de los Reyes... descomunal atasco en la salida por la N-VI hacia La Coruña, viernes por la tarde y sábado por la mañana).
Desde la Dirección General de Tráfico advierten que el fenómeno se repetirá los fines de semana que restan de julio, los de principio y fin de agosto y todos los de septiembre, si el tiempo acompaña. En la Dirección General de Carreteras apuntan que por mucho que mejore la capacidad de las vías nunca será suficiente para acoger el enorme flujo estacional de vehículos y confían en que la apertura de la variante de Arganda para 1993 elimine una de las principales causas de las retenciones en el tráfico de Madrid con el sureste.
Entretanto, el psicólogo Luis Montoro sugiere unos cuantos consejos para mantener el buen temple y no ser presa de los nervios en un atasco: ropa ancha, buena ventilación, escuchar música o hablar de temas ajenos al tráfico, no pulsar el cláxon (exacerba el ánimo de los demás automovilistas), no dar acelerones (conmaninan) y no mirar el reloj.
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