Todos conformes con el verde de la plaza de Chinchón

Las fricciones se han limado y todos están conformes ya con el color elegido para engalanar la plaza Mayor de Chinchón: el verde. El consejero de Cultura, Jaime Lissavetzky (acompañado por el director general del Patrimonio Cultural del Gobierno regional, Miguel Ángel Castillo), se desplazó ayer a la localidad para inaugurar y contemplar la nueva imagen de la plaza, inmersa en obras de restauración desde hace casi dos años.

¿Cuál es el color más adecuado para la plaza Mayor: el verde o el azul?" La polémica estaba servida en Chinchón. Al final ha imperado el gusto mayoritario del pueblo, y la controversia quedó zanjada el pasado 27 de mayo. Ese día se reunieron Lissavetzky, Castillo y Jesús Hernández, alcalde del Chinchón, del Partido Popular. Por unanimidad eligieron el verde, el mismo que habían apoyado los vecinos en un referéndum celebrado dos meses antes en la localidad.La opinión vecinal ha derrotado, pues, a la propuesta que hizo el arquitecto encargado de las obras de restauración, Salvador Pérez Arroyo. Éste se había decantando por el azul, el mismo que tuvieron las balconadas de la plaza en el siglo XVII. Tal tonalidad, obtenida de una mezcla de carbonato de plomo, azulete y aceite de linaza, repelía los insectos.

La plaza Mayor de Chinchón lucía ayer, de acuerdo con la voluntad popular, un verde oscuro en sus balcones. Pero sobre gustos no hay nada escrito. A algunos vecinos el verdenos no les satisface tanto como otros, aunque, en general, el ambiente que se respira en Chinchón es de aceptación.

Color madera

"A mí me hubiera gustado un poco más claro, pero creo que en unos meses se decolorará algo y volverá a los tonos que tenía hasta ahora", comentó una de las vecinas que apostaron en el referéndum por el tono madera. Las obras de restauración, con un presupuesto de 110 millones de pesetas, financiado en su totalidad por la Comunidad de Madrid, se han ejecutado en dos fases. En la primera, se pavimentó con piedra caliza burgalesa el perímetro de la plaza y se instaló un sistema de drenaje para absorber el agua de la lluvia y evitar inundaciones. La segunda fase se ha centrado en el saneamiento de las maderas de las balconadas (algunas estaban en ruina) y en la reforma en los colectores y cubiertas. La iluminación interior y la sustitución de los toldos con letreros comerciales por estores o cortinas constituyen otro de los aspectos que han mejorado la estética de la plaza.El alcalde agradeció la polémica suscitada entre sus convecinos. "Ha merecido la pena pasar este periodo de obras, de dichos y diretes, para conseguir que nuestra plaza tenga mayor relevancia y podamos sentirnos orgullosos de ella". Hernández sentenció con ironía: "La pintura es más bonita que la que había, porque es nueva".

Los coches, prohibidos

El consejero Lissavetzky subrayó, entre los aplausos de los vecinos que asistieron al acto: "Creo que era una obligación por parte de la Comunidad de Madrid el rehabilitar esta plaza, que es la más bonita de la Comunidad".Lissavetzky comentó despúes a EL PAÍS: "Aquí ha imperado el sentido común y lo importante es que predomine la cultura del diálogo". Asimismo, se mostró satisfecho porque "a partir de ahora el tráfico viario por este recinto ha quedado totalmente prohibido".