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El Bundesbank alemán eleva los tipos de interés del 8% al 8,75%

Conforme a lo esperado -y temido- y pese a todas las presiones en contra, el Bundesbank, el banco central alemán, subió ayer de nuevo los tipos de interés, que pasan ahora de un 8% a un 8,75%, aunque mantuvo inalterable el llamado lombard, que se aplica a los bancos comerciales para préstamos a corto plazo. Su presidente, Helmut Schlesinger, indicó que la subida se debe no sólo al aumento de la masa de dinero en circulación (M-3), sino "a la totalidad de¡ ambiente económico, especialmente la alta inflación". Italia anunció también una subida desde el 13% al 13,75%.

Tras estas subidas, el Banco de España elevó desde el 12,4% hasta el 12,5% el tipo que aplica a los bancos en un intento de proteger a la peseta frente a estas subidas de dos importantes mercados europeos.Pese a todo, el banco emisor intentaba dar una imagen de tranquilidad en los mercados. Un experto de la autoridad monetaria explicaba a este periódico que "el Bundesbank ha hecho lo mínimo que podía hacer, ya que se ha limitado a subir el tipo de descuento, mientras mantenía el Lombard (tipo de intervención diaria del banco central alemán), lo que demuestra que quieren actuar con moderación". Añadió además que las palabras del presidente Bundesbank "no dejaban lugar a dudas sobre la nueva posición de Alemania de renunciar a un ajuste en el seno del Sistema Monetario Europeo (SME) y, por lo tanto, de dejar de agitar los mercados de divisas".

En el fondo, el banco central alemán ha optado por realizar el menor de los ajustes posibles, que le permita incentivar la entrada de capital extranjero, pero que no influya sobre el difícil equilibrio marco-franco, que caso de romperse pondría en peligro la estabilidad europea y el propio proceso de unión monetaria. A juicio de los expertos consultados "esta vez Alemania no ha provocado una crisis, pero tampoco ha solucionado ni sus problemas internos ni los de sus socios comunitarios".

En París, el ministro de Economía, Michel Sapín, manifestó ayer que "no hay razones para modificar la política monetaria francesa pese al aumento de los tipos de descuento del Bundesbank". Sapín dijo que "la situación monetaria y financiera francesa es muy diferente a la de Alemania". Por su parte, Austria: acordó ayer una subida de los tipos de medio punto.

Tensa espera

El mundo financiero mantuvo el aliento durante toda la mañana de ayer, mientras en el decimotercer piso del edificio que alberga a Bundesbank en Francfort, los siete directores permanentes junto con los 11 presidentes de las bancas de los länder occidentales -los orientales aún no tienen representación- y en presencia del vicecanciller y ministro de Economía, Jürgen Moellemann, buscaban la fórmula para mantener su mandato de luchar sin tregua contra la inflación, sin por ello hundir del todo a la economía occidental en el pozo de la depresión, al encarecer aún más el dinero.

"Con esta medida", decía la nota del Bundesbank, "se intenta frenar la presión sobre los precios, sobre el crecimiento monetario y el excesivo crecimiento del volumen. de los créditos y también reforzar la confianza en el mantenimiento de la estabilidad del marco bajo la dificil situación actual de la Alemania unificada".

La solución tomada finalmente, que ya apuntaban algunos expertos, ha consistido en subir los tipos de interés, pero no tocar el Lombardo, mucho más importante para los mercados financieros, con lo que ambos tipos se acercan considerablemente. Tras la última subida, que tuvo lugar a finales de diciembre, justo después de la cumbre comunitaria de, Maastricht, los tipos de interés a los que el Bundesbak compra en el sistema bancario, alcanzaron la cifra récord de un 8%, mientras que el Lombardo se situaba en un 9,75%. A partir de ahora estarán separados solo por un punto. La cantidad de dinero en circulación (M-3) ha aumentado en los últimos meses a un ritmo desmesurado, que puso su tasa de crecimiento en mayo en un 9%, cuando las previsiones del Bundesbank para el año en curso lo situaban entre un 3,5% y un 5,5%. La inflación, pese a haber descendido ligeramente desde el 4,8% que registró en febrero, sigue sin por encima del 4%. Concretamente en junio la tasa interanual era de un 4,3%. Ante esta situación, el banco central alemán, que por ley está obligado a luchar contra la inflación y por la estabilidad financiera, no tenía más remedio que tomar medidas.

Sin embargo, la distorsión que una subida de los tipos de interés en Alemania ejerce sobre el Sistema Monetario Europeo (SME), cuya ancla es el marco, ha hecho que en los últimos días se hayan registrado enormes presiones de los países del SME y también de Estados Unidos para evitar la medida. En unas economías que luchan por salir de la depresión, o empujar una tímida reactivación, la peor noticia es un encarecimiento del dinero.

Según Schlesinger, el aumento no debe afectar a la economía alemana, ni despertar "tendencias recesivas". El presidente del Bundesbak negó asimismo que se estuviera buscando un realineamiento dentro del Sistema Monetario Europeo. "No hemos hecho ninguna petición para un realineamiento, y en lo que a mi me concierne esta es una cuestión que cada país debe decidir por sí mismo". El último realineamiento del SME fue en 1987, justo antes de que España entrara a formar parte del mismo.

Las bolsas de París y Londres perdieron todo lo que habían ganado en el día tras conocerse la noticia, la de Francfort ya había cerrado para entonces. Tanto el dólar como la libra esterlina descendieron con respecto al marco.

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