_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Leonardo Boff

No sólo no me sorprende la renuncia del señor Leonardo Boff al sacerdocio católico, sino que creo que es el lógico final de un proceso coherente por su parte: coherente consigo mismo y con el compromiso que, supongo, adquirió con la Iglesia católica en su inicio, en el cual no entraba, sigo suponiendo, la renunciaPasa a la página siguiente Viene de la página anterior

a la búsqueda personal de la verdad. Verdad que, por otra parte, no creo que el señor Boff tuviera que buscarla mucho porque, imagino, se la encontró de narices: se encontró de narices con la pobreza, la injusticia y ambas por partida doble, la. conoció de quienes la ejercen o la toleran y de quienes la sufren, y, claro está, tomó partido porque, des pués de todo, o quizá por eso mismo, también ha tenido la suerte de encontrarse de narices con la verdadera dignidad humana: esa especie de candil que revela más amarguras que bálsamos, siempre terca, a menudo incómoda, nunca renunciable.

Por esta misma lógica creo que no tanto ha renunciado, sino que le han hecho renunciar. En este hecho entra, además, la cuestión de fidelidad y habría que preguntarse de qué fidelidad se trata: ¿de la fidelidad del señor Boff a los comportamientos (en fondo y forma) de la Iglesia católica o de la fidelidad de esa misma Iglesia con la doctrina de su fundador, es de cir, Jesucristo? En otras palabras: ¿quién es Judas?

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Expreso, por último (por si no quedaba suficientemente claro), mi más absoluta admiración y respeto hacia el señor Leonardo Boff.- Ana Guerra Enríquez.

Nos vemos en

la obligación moral de exponer públicamente nuestra opinión sobre las ideas vertidas por el secretario de Estado vaticano, según recoge EL PAIS del día 28 de junio, a propósito de la renuncia al ejercicio presbiteral de Leonardo Boff.La cita evangélica a la que el señor secretario de Estado vaticano hace alusión, "el Maestro nos ha dicho que debemos poner la mano en el arado y no mirar nunca atrás", se refiere al seguimiento de Cristo, no al ejercicio presbiteral, como el cardenal interpreta, añadiendo una injusta y anticristiana comparación con la traición de Judas. La fidelidad es, efectivamente, un valor evangélico; pero fidelidad al mensaje cristiano original.

La carta hecha pública por Leopardo Boff manifiesta con claridad su postura. "Dejo el ministerio presbiteral, pero no la Iglesia. Me aparto de la orden franciscana, pero no del sueño fraternal. de san Francisco de Asís. Continúo y siempre seré teólogo contra la pobreza y. en favor de la liberación". La opinión pública civil y eclesiástica sabe que los verdaderos motivos de su abandono del ejercicio presbiteral son "la incansable persecución doctrinal del Vaticano, poder cruel y despiadado", "que no logra hacer viable la utopía fraterna de Jesús y sus apóstoles". Su decisión nos resulta dolorosa, pero comprensible en defensa de su dignidad personal. Para muchos cristianos, su palabra teológica ha sido, es y seguirá siendo válida para ayudamos a descubrir el rostro del Dios evangélico en estos tiempos.

Manifestamos nuestra repulsa a los comentarios públicos antievangélicos del señor secretario de Estado vaticano -¿qué significa eso?-, a los métodos antieclesiales seguidos contra Boff por los sectores de la Iglesia católica señalados por él. Afirmamos públicamente nuestra solidaridad con él, en la esperanza de que su decisión le ayude a encontrar el clima de libertad imprescindible para continuar su tarea teológica.- y cinco firmas más de la Comunidad de Dominicos Babilafuente.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_