Rabin se reserva la cartera Defensa del Gobierno israelí y deja la diplomacia a Peres

El comité central del partido laborista aprobó anoche la lista del nuevo Gobierno elaborada por su líder, Isaac Rabin. De manera significativa, la mayor ovación fue la que saludó el anuncio del nombramiento de Simón Peres, su principal rival, como titular de Asuntos Exteriores. Entre los 17 ministros del Gobierno de Rabin habrá 13 laboristas, tres del partido Meretz (sionistas de izquierda) y uno de Shas, un partido ortodoxo sefardí.El propio Rabin decidió quedarse con el Ministerio de Defensa, como lo hizo el primer jefe de Gobierno de Israel, David Ben Gurión. Esta decisión se interpreta en Tel Aviv como una muestra de la voluntad de Rabin de llevar a cabo sin demora las negociaciones sobre la autonomía de los palestinos. En su discurso ante su partido, el primer ministro subrayó que quería utilizar como referencia para estas negociaciones los términos de la conferencia de paz de Madrid.

En un mensaje que mandó a los socialistas franceses reunidos en congreso en Burdeos, Rabin insistió también, según informa Javier Valenzuela, en su voluntad de impulsar "de inmediato" un "proceso de autonomía para los palestinos de cinco años de duración", al término de los, cuales el Estado hebreo abordará con los interesados la "definitiva solución pacífica del problema",

De la lista de Gobierno hecha pública ayer se puede sacar ya unas conclusiones. La primera es que las decisiones importantes referidas al proceso de paz tendrán que ser tomadas a la vez por Rabin y Peres, a la vista de los ministerios que ambos controlan. Por otra parte, el nuevo Gabinete parece inclinado más a la izquierda de lo que deseaba Rabin. No tiene el carácter de unidad nacional" que éste deseaba, ya que no incluye al partido nacionalista Tsomet.

Esto significa que este Gobierno tendrá las manos libres para avanzar más rápidamente en la vía de la paz, pero que se enfrentará con una oposición nacionalista numerosa que intentará dejar en minoría a- los laboristas. Incluso a corto plazo: no queda claro si todos los diputados del partido Shas votarán a favor del nuevo Gobierno, lo que pondría en peligro su ya estrecha, mayoría parlamentaria.