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Empleadas del Santa Cristina que manipularon radio narran al juez sus problemas de salud

El titular del Juzgado de Instrucción número 12 de Madrid ha tomado ya declaración a dos de las cuatro sanitarias que, por ignorancia y falta de control, manipularon sustancias radiactivas durante su estancia en la instalación nuclear del hospital Santa Cristina (calle de O'Donnell), clausurada en 1984. Ambas trabajadores -P. G. B. y P. G. I.- han testificado que desde entonces tienen problemas de salud: la primera, depresiones, y la segunda, un quiste en el útero y otro en el pecho. También van a testificar M. S. H., que ha padecido un tumor en el esófago, y P. C., afectada de masas cancerosas.

Estas cuatro auxiliares han acudido al juez para que se investigue si sus patologías guardan alguna relación con su estancia en la instalación nuclear del centro. El juez ha admitido a trámite la denuncia y ha emprendido las diligencias.Las dos primeras testificaron el martes, y reconocieron haber tocado con sus propias manos, siguiendo instrucciones de sus superiores, sustancias radiactivas utilizadas para tratar a las enfermas de cáncer.

Por otra parte, el director territorial del Insalud, Antolín Rodríguez, ha sancionado de empleo y sueldo por un tiempo indeterminado al ex supervisor radiactivo del centro Antonio Montoya (actualmente es jefe de mantenimiento), la persona que ha revelado ante al juzgado las supuestas anomalías radiactivas registradas en el antiguo materno-infantil. La sanción le fue comunicada el 25 de junio.

La lista

Antolín Rodríguez acusa a Montoya de haber incurrido en faltas graves y muy graves, y basa su separación del hospital en la necesidad de que "no se produzcan disfunciones en el ambiente laboral que puedan alterar la función asistencial que se lleva a cabo en un centro hospitalario".El ex supervisor radiactivo del Santa Cristina ha entregado al juez una lista con los nombres de otras empleadas sanitarias del hospital que, según él, padecen hoy graves problemas de salud derivados del "nefasto funcionamiento" de la instalación nuclear de segunda categoría que funcionó en este centro entre los años 1978 y 1984. Todas las supuestas afectadas trabajaron en la instalación y tuvieron contacto con el radio.

En esa lista figuran D. M. (que sufre iradiodermitis y cáncer en la lengua), E. O. (leve proceso degenerativo en algunos huesos), M. C. (extirpación de un pecho derivada de un cáncer), I. A. (cáncer en el cuello del útero) y E. R. (ulceración en los ojos). También aparecen otras dos empleadas que han tenido hijos con manchas en la piel. "Y hay muchas más: la mayoría de las monjas que trabajaron en la unidad también sé que estaban teniendo problemas, pero desconozco dónde están ahora". Ninguna de éstas ha denunciado, de momento, su caso al juez.

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La planta nuclear del Santa Cristina fue clausurada en 1984, después de que el Consejo de Seguridad Nuclear advirtiera que estaba funcionando al margen de la legalidad.

La denuncia para que se investiguen las causas de los cuadros que describen estas sanitarias la suscribe también el ex supervisor radiactivo del centro Antonio Montoya. Éste, licenciado en Física, ha sido suspendido de empleo y sueldo en otras tres ocasiones.

Respecto a este problema, un portavoz de Sanidad dijo en su día a este periódico: "El ministerio jamás ha tenido conocimiento, ni por parte de los sindicatos ni de los médicos, ni de la dirección ni de ningún sanitario del centro, de estos problemas de salud supuestamente relacionados con el contacto de la instalación".

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