La audiencia televisiva no ha crecido en el Reino Unido en los últimos cuatro años
La televisión pierde audiencia en el Reino Unido. En 1991, los británicos vieron menos televisión que en 1990 y menos también que en 1987, a pesar de un enorme incremento en la oferta, y por primera vez en muchos años aumentó el público en los cines. Estas noticias ensombrecen el futuro de Channel 5, que saldrá a concurso el próximo martes.
El informe anual sobre tendencias culturales, presentado por el Policy Studies Institute de Londres, señala que la audiencia televisiva ha llegado a su punto de saturación. Desde 1987, todas las cadenas convencionales británicas han aumentado su oferta de programas: BBC-1 y BBC-2 emiten en conjunto 64 horas más cada semana; ITV emite 40 horas más, y Channel 4 (entonces recientemente aparecido) emite 111 horas más.Desde 1987 han irrumpido además las cadenas por satélite y cable, que alcanzan ahora a 2,3 millones de hogares (el 11% del mercado). El público, sin embargo, no pasa más horas sentado ante el televisor: en promedio, los británicos vieron 26 horas 4 minutos de televisión cada semana durante 1991, 10 minutos menos que en 1987 (26 horas 14 minutos) y cuatro minutos menos que en 1990.
La disminución de la audiencia es común a todas las edades y clases sociales, pero es especialmente aguda entre los niños (4 a 15 años) y los adultos jóvenes (25 a 34 años) y entre las clases más adineradas. Paralelamente, el aumento de la competencia ha incrementado en un 208%, durante los últimos 10 años y los gastos globales de las compañías televisivas, de 166.500 millones de pesetas en 1982 a 513.000 millones en 1991.
Las salas cinematográficas son las principales beneficiarias de estos cambios en el ocio de los británicos: en 1991 vendieron 101 millones de entradas, frente a 97 millones en 1990.
Los datos del informe del Policy Studies Institute oscurecen aún más las perspectivas del proyectado nuevo canal privado de televisión. El Channel 5 saldrá a subasta el próximo martes. Los más importantes grupos de comunicación mundiales acudieron a la preinscripción, pero las duras condiciones del concurso y la saturación del mercado han enfriado los ánimos.
Fininvest, el grupo del magnate italiano Silvio Berlusconi, anunció hace un mes que se retiraba del concurso. Time-Warner, el mayor grupo mundial de comunicación, y el gigante japonés Sony no han concretado su interés inicial, como tampoco lo ha hecho el grupo formado por los canadienses Moses Znainer (City TV, Toronto) y Conrad Black (The Dady Telegraph).
La Comisión de Televisión Independiente (CTI), entidad pública que fija las condiciones de la subasta, ya advirtió que la licencia podía quedar desierta. Además de numerosas imposiciones en la programación (habrá que elaborar programas anticomerciales de tipo educativo y religioso), el adjudicatario del Channel 5 debía gastarse entre 20.000 y 35.000 millones de pesetas para resintonizar los vídeos domésticos que utilicen la frecuencia prevista para la nueva emisora de televisión. "Será, en el mejor de los casos, un dolor de cabeza, y en el peor, una pesadilla" para quien gane la licencia, dijo la CTI.
En conjunto, las condiciones parecen excesivas a los ofertantes, que últimamente han mantenido discretos contactos entre sí sobre la posibilidad de unirse en una oferta única que les permita quedarse con la licencia al menor precio posible. De momento, sin embargo, no hay nada concreto. Los datos sobre la saturación del mercado, combinados con la reducción de los ingresos publicitarios por la recesión, podrían asestar el golpe definitivo al nonato Channel 5.
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