Ni un vistazo más a los zapatos de Imelda

Finalmente ha cerrado por traspaso el museo de Manila con los 1.200 pares de zapatos abandonados precipitadamente por Imelda Marcos cuando la revolución de 1986 la sorprendió en bata de cama y las alforjas de los saqueadores marquistas reventaban en su despacho hacia el exilio. La medida, tomada por el Gobierno de Corazón Aquino, causó la natural alarma entre los operadores turísticos, una de cuyas bazas durante la temporada baja ha sido la exposición del sostén antibalas que ciñó Imelda en las comparecencias públicas donde abrigó dudas sobre la correcta interpretación de su benemérito y maternal mensaje.Las existencias de la mayor y más renombrada zapatería de la capital filipina, que además de la lencería fina blindada exhibió parte del joyero utilizado por la madraza durante dos décadas de una obra benefactora en exclusiva, han sido reclamadas ahora por sus seguidores del movimiento Nueva Sociedad. "Queremos que le sean devueltos los zapatos, las joyas y todos los objetos que le fueron robados", advirtieron en un comunicado. El Gobierno de la presidenta Corazón Aquino, que nunca quiso reconocer los desvelos sociales de Imelda, respondió que la Administración del nuevo presidente electo, general Fidel Ramos, debe decidir a partir de hoy sobre el destino del ropero abierto al público para escarnio de la antigua primera dama. Mientras tanto, los fiscales del Gabinete reclaman lo que consideran patrimonio del Estado. En este caso, 5.000 millones de dólares en oro depositados en Suiza por el difunto Ferdinand Marcos, según las últimas revelaciones de David Castro, presidente de la comisión oficial que rastrea el dineral evadido por una dictadura matrimonial que pareció sentirse cómoda entre las obras de beneficencia y la ley marcial.

Castro declaró públicamente que los lingotes forman parte del tesoro dejado atrás por el general japonés Tomoyuki Yamashita cuando sus tropas se retiraron de Filipinas al término de la II Guerra Mundial. El funcionario agregó que además de estos 5.000 millones, no certificados todavía por ninguna fuente independiente, otros 15.000, también en oro, pueden ser encontrados de un momento a otro en alguna cuenta bancaria sin investigar. El fallecido dictador, que murió en su exilio de Hawai en 1989, negó siempre que esquilmase la Hacienda pública en su provecho y aseguró haberse hecho rico administrando con sabiduría las misteriosas alhajas de Yamashita.

David Castro piensa recomendar a Fidel Ramos, ministro de Defensa con Marcos y activo defensor de la democracia con Aquino, una negociación con la viuda, procesada con cargos de corrupción y robo a gran escala. Comentaristas políticos indican que se trataría de llegar a un acuerdo para repatriar la rapiña del general nipón y dedicar una parte de las joyas y los quilates a la reconstrucción de Filipinas, una nación más necesitada de oro que de zapatos tan pasados de moda como su dueña.