El aparato del PSOE trabaja con la doble hipótesis de si González se presenta o no a las elecciones
El aparato del PSOE está trabajando con una doble hipótesis, la de que el presidente del Gobierno, Felipe González, encabece las próximas listas electorales, o que, por el contrario, decida retirarse. Las encuestas que maneja el partido desde el pasado febrero auguran una pérdida de la mayoría absoluta para los socialistas. Alfonso Guerra, que en su calidad de vicesecretario general del PSOE controla el aparato y la confección de las listas electorales, advirtió ayer que, en caso de sucesión, serán las estructuras del partido las que decidan. Hasta el momento, Felipe González mantiene abierta la incógnita sobre su futuro: ni se pronunció el pasado mayo en su intervención en televisión, ni lo hizo ante el comité federal de su partido los pasados días 19 y 20.
El bajo perfil que vienen ofreciendo los sondeos al PSOE en los últimos meses, vinculado a las malas perspectivas de la situación económica, supondría ahora la pérdida de la mayoría absoluta del PSOE en las elecciones legislativas, según fuentes socialistas. Esta es una de las claves de la indefinición de González como posible cabeza de cartel del PSOE en los próximas comicios que, en principio, deberían celebrarse en el otoño de 1993.Fuentes de la dirección del PSOE señalan que la preocupación por lo que vaya a hacer Felipe González se remonta a casi cuatro meses y coincide con ciertos movimientos de Alfonso Guerra, así como de otros dirigentes socialistas, que transmitieron la necesidad de convocar elecciones para el próximo otoño a fin de forzar al presidente del Gobierno a que se decidiera por encabezar la lista porque, en ese caso, no existiría alternativa posible ante el escaso plazo de tiempo. Ahora la situación permanece en la incógnita y no se descarta que, en el caso de un agotamiento de la legislatura y en la perspectiva de una pérdida de la mayoría absoluta, González optara por presentar un sucesor.
Crítica al sector renovador
Ayer, el vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, respondió a esta hipótesis al manifestar que en el caso de una sucesión de Felipe González como jefe del Gobierno serán las estructuras del partido las que decidan sobre el sucesor. Guerra dijo también, en alusión al sector renovador del PSOE, que "unos pocos dan imagen de división del PSOE y eso no es verdad". "Algunos quisieran no respetar la decisión de la mayoría", añadió. Guerra aprovechó una conferencia sobre los diez años de Gobierno socialista, pronunciada en la Escuela de Verano Jaime Vera, en Galapagar (Madrid), para exponer sus tesis sobre el Gobierno y el partido.A la conferencia de Alfonso Guerra asistieron algunos de sus más cualificados seguidores como el secretario de Formación del PSOE, José Félix Tezanos; el presidente de la Federación Socialista Madrileña (FSM), José Acosta; el ex ministro de Obras Públicas, Javier Sáenz de Cosculluela; el director del Gabinete de la Presidencia, Roberto Dorado y el ex director de RTVE, José María Calviño. Tezanos, que presentó la conferencia, hizo un vibrante elogio de Guerra. "En todas las imágenes de los momentos cruciales de la transición democrática aparece Alfonso Guerra y eso es algo que nadie nos lo podrá quitar".
Guerra, al final de su conferencia, expuso los cuatro riesgos que, a su juicio, corren respectivamente el Gobierno, el PSOE, el proyecto socialista y su política de apoyos, de cara al proyecto de 1997. El primero de ellos es "la indefensión ideológica y la pérdida de señas de identidad socialista por un pragmatismo tecnocrático". El número dos del PSOE, tras admitir que las políticas económicas dejan escaso margen de maniobra, señaló que la política socialista tiene que hacer un esfuerzo por "favorecer a los más débiles". "Hay que eliminar esa maldición por la que la aplicación del pragmatismo es incompatible con el mantenimiento de las señas de identidad socialistas", añadió. Pidió, en este sentido, "hablar más claro y concreto" en las referencias a un lenguaje "tan poco ilusionante" como el de "programa de convergencia".
El segundo riesgo que apuntó Guerra fue que "al no dinamizar el partido, unos pocos pueden dar imagen de división y eso no es verdad". El número dos del PSOE señaló, a continuación, que "algunos quisieran no respetar la decisión de la mayoría" y añadió: "Debe funcionar el binomio de la libertad interna y la disciplina exterior".
Como tercer aspecto, se refirió al liderazgo de Felipe González en el Gobierno y en el PSOE. Según Guerra, "pese a la insistencia de algunos", el cambio del líder del PSOE, "no es deseado ni querido, pero en la hipotética situación de futuro serían las estructuras del partido las que decidirían" la sucesión.
Finalmente, abogó por matizar la política de pactos con el Partido Popular (PP). Según Alfonso Guerra, "sólo los temas constituyentes o de Estado deben pactarse con la derecha", en alusión al terrorismo o al pacto autonómico, pero en el resto de los temas "no hay por qué".
El número dos del PSOE insistió en salvaguardar las señas de identidad socialistas y desmarcarse del PP en los temas que no sean de Estado.
Más información en la página 41
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