Trabajos congelados

En pleno invierno austral, los 129 científicos rusos que trabajan en la Antártida soportan temperaturas de más de 70 grados centígrados bajo ceró y cobran entre 6.000 y 7.000 rublos al mes (unas 6.000 o 7.000 pesetas al cambio). No es extraño, pues, que para reivindicar la mejora de sus condiciones salariales lleven ya más de un mes en huelga, un paro que consiste en no enviar a Rusia la información científica que recogen.

"Exigimos del Gobierno que nuestros sueldos se sitúen entre 15.000 y 20.000 rublos al mes, y en moneda convertible", ha declarado a El PAÍS el jefe de la expedición, Arkadi Sóshnikov, que dirige los trabajos desde su despacho del Instituto de Investigación del Ártico y el Antártico, en San Petersburgo. Sóshnikov no forma parte del comité de huelga, pero actúa como portavoz del mismo ante las autoridades de Moscú. Para él, "es normal que se exija el pago en moneda convertible, pues así se hace con los trabajadores polacos, chinos o de cualquier otra nacionalidad destacados en la Antártida".El comité de huelga no ha dado un plazo fijo a Moscú para que responda a sus demandas. Sin embargo, Sóshnikov asegura que "el Gobierno tiene voluntad de resolver este problema, porque no se, puede poner en peligro un proyecto de esta magnitud". Mientras tanto, afirma, "la protesta continuará". "Hasta hace poco, los trabajadores destacados en la Antártidá estaban satisfechos con sus salarios", explica Séshnikov, "pero la inflación y las dificultades económicas han dejado cortos sus sueldos".

Pese a las bajas temperaturas en la Antártida ahora, en pleno invierno, (la mínima registrada es 89,3 grados bajo cero), las condiciones de trabajo mejoran cada año, porque Ia adaptación al medio es cada vez mejor", dice Séshnikov, que cuenta en su haber con una experiencia de cuatro años en el continente helado.

La Expedición Soviética a la Antártida, que pronto pasará a denominarse Expedición Antártica Rusa, salió de San Petersburgo el pasado mes de noviembre, como viene ocurriendo desde hace 37 años. Sus 129 componentes trabajan en cinco estaciones repartidas por todo el continente en nueve proyectos de geofisica, meteorología, climatología, sismología, aerología y oceanografia. Los proyectos antárticos suponen un desembolso anual en torno a los 50.000 millones de rublos.