Havel dice que no será el enterrador de Checoslovaquia

"Miles de veces en mi vida fui derrotado, pero jamás me rendí. Eso significaría estar en contra de mi propio espíritu, significaría, renunciar a valores para mí tan sustanciales como son el hombre y la sociedad humana subrayó el presidente checoslovaco, Váciav Havel, en su dramática intervención pronunciada ayer ante el Parlamento checoslovaco tras su reunión constituyente. El presidente advirtió que no será él el funcionario encargado de enterrar Checoslovaquia.

En su alocución, el actual jefe del Estado checoslovaco afirmó estar dispuesto a no abandonar a sus ciudadanos. Pero advirtió que lo haría tan sólo para ayudar, a la coexistencia entre los checos y los eslovacos. "Confío en el Estado común de checos y eslovacos, aunque tampoco represente para mí el valor más importante, ya que éste seguirá siendo el hombre y la sociedad humana", reafirmó Havel.Havel advirtió que si se adoptaba la decisión de desintegrar la Checoslovaquia actual, no sería él "el burócrata enterrador de este Estado". "En ese caso", precisó, "prefériré ofrecer mí servício allá donde me necesiten para crear, por ejemplo, un nuevo modelo de coexistencia y colaboración entre checos y eslovacos", dando así por descartada la posibilidad de convertirse tan sólo en presidente checo.

Havel volvió a subrayar que seguía considerando como el único medio constitucional para decidir el futuro de Checoslovaquia un referéndum.

Por otra parte, la oposición parlamentaria eslovaca al primer ministro electo, VIadímir Meciar, ha criticado la actitud de los dos líderes políticos surgidos de las elecciones parlamentarias de principios de junio en las repúblicas checa y eslovaca (Meciar en Eslovaquia y Václav Klaus en la parte checa). "No pueden decidir solos si habrá separación o no. Ni siquiera el Parlamento puede decidirlo. Sólo el pueblo a través de un referéndum podrá optar por un camino o el otro", escribía el periódico, eslovaco Movy Cas en su editorial de ayer.

Alexander Dubcek, líder de la primavera de Praga, se sumó a estas críticas y declaró que ."no es constitucional" decidir en negociaciones bilaterales el futuro de Checoslovaquia.