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El juez da permiso a un hospital para transfundir sangre a un testigo de Jehová

Un juez de Madrid autorizó el pasado domingo al hospital Gregorio Marañón para que efectuase "cuantas transfusiones de sangre" necesitara un testigo de Jehová que, pese a estar desangrándose, rechazaba recibir sangre de otra persona, de acuerdo ,con lo que establece su confesión.El magistrado Carlos Martín resolvió, a instancias del jefe del servicio en el que quedó hospitalizado el paciente: "El sistema legislativo español ha optado por el derecho a la vida frente al derecho a la libertad". "Si acude al hospital para que le curen, tiene que aceptar esa medida", comentó ayer a El PAÍS el juez. "No obstante", agregó, "todos los pacientes tienen la posibilidad, como cualquier otro paciente, de pedir el alta voluntaria". Aunque existe un vacío legal al respecto, la mayoría de los jueces que han tenido que dilucidar un problema similar han optado por autorizar la transfusión, aun sin el consentimiento del creyente.

En su resolución, Martín compara la negativa del paciente con las normas del Código de Circulación, que obligan, "se quiera o no", a llevar puesto el cinturón de seguridad.

Antes de adoptar esta decisión, y al existir una laguna legal en esta materia, el magistrado estudió resoluciones judiciales tomadas por otros órganos en casos similares. Entre ellas, un auto de la juez de Vigilancia Penitenciaria número I de Madrid, Manuela Carmena. Durante una de las últimas huelgas de hambre que mantuvieron presos del GRAPO, Carmena autorizó a los médicos, pese a la oposición de los reclusos, a que les administrasen alimentos una vez que éstos hubieran perdido la conciencia, no antes.

La juez argüía la posibilidad de que en el instante último anterior a la pérdida de la conciencia el huelguista se retractara de su actitud y ya no pudiera comunicarse.

Dos posturas

El jefe del departamento médico en el que quedó hospitalizado este enfermo, cuyo nombre no ha sido facilitado, acudió al juzgado de guardia consciente de que cualquiera de las dos, posturas posibles -practicarle la transfusión o no hacerlo- podían acarrearle un procedimiento judicial: coacciones y lesiones, si optaba por la transfusión, u omisión del deber de socorro, si no lo hacía.No obstante, ambas tienen sus eximentes de responsabilidad, señaló ayer Martín.

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El juez desconoce si finalmente fue necesario practicarle la transfusión, aunque el médico le comunicó que, debido a la cantidad de sangre que perdía el paciente, era probable que hubiese que hacerla a lo largo de la madrugada del pasado lunes.

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