De Klerk no descarta volver a imponer el estado de sitio en Suráfrica

El presidente surafricano, Frederick de Klerk, no descartó ayer un eventual regreso al estado de sitio, situación que calificó de "lamentable". El mandatario, ante la presión de manifestantes hostiles, tuvo que dar por concluida apresuradamente su visita a Boipatong, suburbio negro de Johanesburgo donde la noche del miércoles se produjo una matanza de 39 personas por miembros del partido zulú conservador Inkata.

Tras la partida de De Klerk, que advirtió que no permitiría que "la anarquía" se instaurase en el país, dos manifestantes resultaron muertos por disparos de la policía. Previamente hubo otra víctima mortal, tras haber esgrimido amenazadoramente un hacha, según' fuentes policiales. Los periodistas presentes en el acto informaron de al menos media docena de heridos.El presidente surafricano reafirmó que las autoridades harían "todo lo posible, para detener y encarcelar a los autores" de la matanza de Boipatong. Rechazó enérgicamente y "con desprecio" las versiones de los testigos que acusan a la policía de complicidad con los agresores del Inkata -partido negro liderado por el jefe Buthetelezi-, y dijo que no se había aportado prueba alguna en ese sentido.

En cuanto a la campaña de acciones prevista por el Congreso Nacional Africano (ANC), el movimiento de Nelson Mandela, contra el Gobierno blanco, De Klerk dijo que se trataba de una iniciativa que ponía en cuestión la voluntad negociadora de la organización negra.

Por su parte, Mandela acusó a De Klerk de efectuar un ejercicio de cinismo en Boipatong. "Llegó envuelto en una nube de intimidación, miedo y matanza" dijo Mandela. 'Te hacemos personalmente responsable de los sucesos y de las muertes". Winnie Mandela fue aclamada cuando llegó al lugar de los hechos tras la marcha de De Klerk. "Aceptamos el reto de De Klerk, del Gobierno y de la policía. Defenderemos a nuestro pueblo" dijo.

Es la segunda ocasión en que De Klerk se ve obligado a abandonar su visita a una zona negra, tras ser expulsado a pedradas en abril de un suburbio de Ciudad del Cabo. Entonces el Gobierno acusó al ANC de provocar los incidentes.