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La UEO se muestra incapaz ante la guerra yugoslava

El Consejo de Ministros de la Unión Europea Occidental (UEO) celebrado ayer en las afueras de Bonn aprobó la Declaración de Petersberg, que pone las bases para la operatividad militar de este organismo dentro del proyecto de unión europea. La reunión demostró nuevamente la inoperancia de Europa occidental ante la guerra civil yugoslava, al no adoptarse ninguna medida concreta de intervención. Sólo el ministro de Exteriores alemán, Klaus Kinkel, dijo que, "al final, una intervención militar no debe descartarse".

Pese a que la enésima declaración sobre Yugoslavia firmada ayer por los nueve países miembros de la UEO asegura que están decididos "a no tolerar el continuado uso de la fuerza y el desprecio de los más básicos valores humanos", los políticos presentes ayer en el palacio de Petersberg dejaron claro que, de momento, no contemplan ninguna acción a corto plazo.El ministro español de Defensa, Julián García Vargas, descartó radicalmente "una acción como la del Golfo" y justificó la actitud de la UEO sobre la base de la estrechez del marco jurídico en el que le es posible moverse. Las dos acciones concretas que mencionó -un bloqueo naval contra Serbia y su aliado Montenegro y la liberación del aeropuerto de Sarajevo-, sólo pueden ponerse en práctica, dijo, si el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas toma la iniciativa y lo pide. "No conviene actuar con precipitación", manifestó.

Según el ministro, que admitió que el bloqueo naval no tendría gran efectividad,- "deben adoptarse medidas posibles", ya que lo más importante es que el Consejo de Seguridad, 11 al menos sus miembros permanentes", puedan mantener la unanimidad.

Cautela

El ministro de Exteriores italiano, Gianni de Michelis, apoyó la propuesta del bloqueo naval, el británico Douglas Hurd descartó "por completo" el uso de la fuerza contra Serbia y el belga Willy Claes pidió "cautela", recordando que "no es la UEO la que debe decir a la ONU lo que debe hacer".

Sólo el alemán Kinkel, pese a admitir que en caso de intervención su Gobierno no está autorizado constitucionalmente a enviar tropas, sugirió que el uso de la fuerza en la antigua Yugoslavia podría ser inevitable a medio plazo. "Ya es hora de poner fin a la devastadora situación en ese país", dijo, "al final no se puede descartar una intervención militar".En el plano político, la reunión de ayer, que se inició con los buenos auspicios del sí irlandés al Tratado de Maastricht, supone la puesta en marcha efectiva del proyecto de unión europea en el aspecto de defensa y seguridad. La Declaración de Petersberg, calificada por el secretario general de la UEO, el holandés Willem van Eekelen, como "un gigantesco paso adelante", crea el Estado Mayor de esta organización, llamado "célula de planificación dirigido por el general italiano Caltabiano, que tendrá su sede en Bruselas a partir del próximo primero de octubre y que deberá ser operativo a mediados de 1993.

En las próximas semanas los miembros de la UEO deben decidir qué tropas asignan a este organismo para ser. utilizadas en "misiones humanitarias o de rescate, tareas de mantenimiento de la paz y tareas de fuerzas de combate en la resolución de crisis, incluidas fuerzas de pacificación". Estas misiones, sin embargo, sólo serán posibles bajo los auspicios de las Naciones Unidas y cada miembro de la UEO podrá decidir si interviene o no y en qué condiciones.

Estas fuerzas, que podrán actuar fuera del territorio de la Alianza Atlántica, procederán en su mayoría de unidades ya asignadas a la OTAN, la llamada "teoría de los sombreros".

Por la tarde, los ministros de la UEO se reunieron, por primera vez, con sus homónimos de los nueve países del llamado grupo PECO (Países Europeos Centrales y Orientales). Sobre la mesa, la idea de un Consejo de Seguridad dependiente de la Conferencia para la Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), lanzada ya en la última reunión de este organismo en Berlín.

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