Una gran Escocia deja fuera de combate a la CEI
Escocia salvó el honor del fútbol británico en un partido que sólo tenía trascendencia para la CEI. El equipo unificado acudía como claro favorito. Las primeras noticias del Holanda-Alemania acrecentaban esas sensación. Pero Escocia jugó como si le fuera la vida, como acostumbra. Y su enorme voluntad le llevó a una victoria incontestable frente a un equipo sin sangre.
El fútbol escocés sale con mejor reputación de la esperada. Su trayectoria había sido declinante en los últimos años, sobre todo en sus participaciones en los Mundiales. Esta vez, Escocia peleó con todos y cada uno de sus rivales, y a todos hizo la vida difícil. Cuando perdió ante Holanda y Alemania, desplegó un juego agresivo, sin alardes técnicos, pero más sensato que el desplegado por Inglaterra, cuyo paso por el torneo ha sido lamentable. Escocia fue fiel a su trayectoria hasta el final. El partido ante la CEI sólo le servía para demostrar su orgullo. La CEI sólo necesitaba un punto. Triunfó el orgullo sobre la frialdad de rusos y ucranianos, que fueron pasados por las armas.
El duro ataque del equipo de Roxburgh se saldó con dos goles tempranos que dejaron petrificados a los jugadores de la CEI. El partido cayó de lado británico y nada pudo cambiar el signo de un encuentro que dejó claras las dificultades para armar un equipo por parte de un país fragmentado o dividido.
