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Tráfico lanza una campaña catastrofista de disuasión contra los malos conductores

"Nos acusarán de morbosos, tremendistas, insensibles. Asumimos estas críticas. Pero lo único que pretendemos es reducir el número de accidentes y ahorrar vidas. Si lo conseguimos, todo lo demás se convertirá en anécdota". Así de cautos se presentaban ayer los autores de la nueva campaña sobre seguridad vial que la Dirección General de Tráfico comenzará a emitir por televisión a partir del próximo día 25. Los anuncios utilizan la forma dramatizada para presentar las consecuencias de varios tipos de accidentes con una frase como conclusión: "Las imprudencias se pagan cada vez más".

La experiencia de otras campañas similares en el Reino Unido, Australia y Canadá ha convencido a la Dirección General de Tráfico para adoptar este año la publicidad diseñada por la compañía Clarín orientada a disuadir a los conductores, españoles para que abandonen prácticas de mala conducta y dejen de arriesgar sus vidas y las de otros en el asfalto.En la presentación de los cuatro anuncios que se exhibirán en las cadenas de televisión a partir del día 25 de junio hasta finales de año, el director de Tráfico, Miguel Muñoz, dijo que salvo algunos escarceos, ésta era la primera vez que se adopta una línea dura en la comunicación de los mensajes sobre seguridad vial.

En el primero de ellos aparece el choque de un vehículo contra un árbol y un joven herido que implora por el estado de su madre que se supone iba en la parte trasera. Ninguno de los dos llevaba el cinturón de seguridad ajustado, pero el efecto dramático que proporcionan las secuencias disminuye por culpa de un sonido doblado que no está a la altura de la ficción filmada.

El mensaje del segundo anuncio se dirige a evitar la ingestión de alcohol cuando se vaya a conducir. Está encarnado por unos jóvenes que han sufrido un accidente en fin de semana como consecuencia del abuso de unas copas. En el tercer anuncio se representan las trágicas consecuencias de conducir una motocicleta por la ciudad sin casco protector.

El cuarto y último es el más espectacular. Una pareja adulta, que se supone ha comido y bebido en abundancia, comete un atropello por circular imprudentemente. La moraleja de la secuencia aparece en boca de la mujer que se lamenta de su complicidad en la pérdida de una vida mientras al conductor sólo le preocupa la retirada del carné. La presencia al fondo de un vehículo judicial transmite las consecuencias penales que se derivan del trágico percance.

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Miguel Muñoz cree que si es lícito mostrar por televisión las crudas imágenes de un atentado -como el perpetrado en Madrid el pasado martes- para justificar la lucha antiterrorista, la misma razón asiste a Tráfico para utilizar este procedimiento en su lucha por evitar las muertes de carretera. El objetivo es abandonar el esteticismo que ha impregnado las campañas anteriores y buscar el impacto emocional en el espectador e intentar hacerle partícipe del sufrimiento social que acarrean los accidentes cuando se producen por culpa de imprudencias. Esta campana, de un coste de 1.300 millones de pesetas, se compatibilizará con la que la Dirección General de Tráfico despliega en las distintas cadenas de radio.Por otro lado, se espera la inmediata aprobación por parte del Consejo de Ministros del reglamento de la publicidad, que otorgará a Tráfico la capacidad de veto sobre los anuncios relacionados con vehículos de motor. La Dirección General de Tráfico está facultada para prohibir la publicidad que ofrezca incitación a la velocidad excesiva o la conducción temeraria.

En este momento se encuentran abiertos tres expedientes sancionadores contra otros tantos anuncios de coches -Tráfico se reserva la identidad de los modelos y marcas- que se consideran nocivos a efectos de la seguridad vial.

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