Una grave situación económica amenaza a los descendidos Valladolid y Mallorca
Una grave crisis económica amenaza al Valladolid y al Mallorca al descender a Segunda División. La pérdida de categoría incluso hace peligrar su conversión en sociedades anónimas.El Valladolid, con 26 temporadas, 12 de ellas ininterrumpidas en Primera División, estuvo al borde del crack económico. El entonces presidente Gonzalo Gonzalo tuvo que dar paso a un grupo de empresarios que, con 500 millones de pesetas de aval, salvaron al club de la desaparición, pero no evitaron los problernas deportivos.
La división entre los que apoyaron al clan colombiano, encabezado por el entrenador Pacho lMaturana, y los que se opusieron, sirvió para acentuar la sensación de desánimo en el club. Los jugadores colombianos -Higuita, Valderrama y Álvarez- fueron mal traspasados a mitad de temporaday, en un erróneo afán ahorrativo, no llegaron extranjeros para sustituirlos. También fue cesado Maturana y con él se marchó el segundo presidente de la temporada, Andrés Martín. El tramo final de esta Liga se hizo bajo las directrices de Marcos Fernández y del técnico Javier Yepes y las cosas Fueron de mal en peor.
El descenso puede complicar la transformación en sociedad anónima del Valladolid. Hace unas semanas, el tercer presidente del año, Marcos Fernández, anunció que se iban a suscribir, ;al menos, la mitad del capital, 300 millones, pero todo está parado. La solución es convertir los 500 millones avalados en acciones y que los 143 millones restantes sean aportados por socios y por empresas con el apoyo institucional del Ayuntamiento,- Junta de Castilla y León y Diputación Provincial.
Etapa más triste
El Malllorca, después de tres temporadas en Primera y tras proclamarse hace un año subcampeón de la Copa del Rey, vive su etapa más triste. El club tiene de plazo hasta el día 30 para vender los 649 millones exigidos como capital mínimo para convertirse en sociedad anónima y sólo se han suscrito 55.
Una mala planificación -la directiva desmanteló sin causa que lo justifique la plantilla que se había clasificado finalista en la Copa del Rey-, las deserciones de su presidente Miguel Contestí y la de su figura más carismática-, el portero marroquí Ezaki Balou, fueron causa determinante en la mala campaña.
Los mallorquinistas sumaron sólo ocho puntos en la primera vuelta, mientras Ezaki acusó de "racista" a Serra Ferrer, y Contestí, enfrentado con el entrenador y parte de la directiva, se marchó tras 14 años en el cargo.
Miguel Dalinau, un conocido médico mallorquín y ex directivo, encabeza un grupo empresarial dispuesto a coger las riendas. Ésta quizás sea la última opción de un club con deudas de más de 1.000 millones y que en 75 años de historia nunca ha estado cuatro años seguidos en Primera.
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