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Rescate desesperado

Los bomberos evitaron ayer que Dimas L. P., de 57 años de edad, se lanzara al vacío desde uno de los arcos que sujetan la plataforma, del viaducto de Segovia, que tiene una altura aproximada de 40 metros.

Ni los bomberos ni la gente que se congregó sobre el puente y debajo de él acertaban a comprender cómo Dimas, natural de Madrid, logró descolgarse sin caer al vacío desde la plataforma del viaducto y llegar hasta el arco.

Si no hubiera sido por los bomberos, el hueco del viaducto al que se amarró Dimas, con sus propias manos, implicaba un camino sin retorno. Desde el arco se otea, a una distancia de unos 35 metros, la carretera de Extremadura. El viaducto de Segovia es un desafortunado punto de encuentro de suicidas.

Los bomberos llegaron al viaducto sin sirenas ni señales visuales, para evitar asustarle. Paralelamente, colocaron una enorme colchoneta inflable debajo del puente, por si Dimas se tiraba al ver que un agente bajaba a rescatarle.

Si se hubiera tirado sobre la colchoneta, afirma un portavoz de los bomberos, ésta lo habría absorbido y, con seguridad, habría resultado ileso.

El bombero que lo rescató se descolgó con una cuerda y, una vez en el arco, sujetó a Dimas, quien no se opuso. Tras atarle, sus compañeros, desde la plataforma, lo elevaron.

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