La república menos favorecida
Eslovaquia, una república de cinco millones de habitantes, lo que representa un tercio de la población total de Checoslovaquia, tiene un 12% de paro como consecuencia de la disminución de la poco eficaz industria metalúrgica pesada y de armamento. En las tierras checas, el paro es de sólo un 4%, tres veces menos. Meciar criticó al Gobierno en Praga "que tomó la decisión unilateral de disminuir la fabricación de armamento en un 50%". Meciar añadió: "Fue un gesto inútil, ya que continuaremos con las fábricas de armamento hasta no encontrar una posibilidad razonable de reconversión".El año pasado, en Eslovaquia fueron despedidos de la industria estatal 45.000 trabajadores, un 85% de ellos de la industria de armamento. Las fábricas empobrecidas de la región este de Checoslovaquia están fuertemente endeudadas y no hay flujo de capital extranjero. En la república eslovaca se ha registrado en el último año sólo un 8% de inversión extranjera y el resto ha ido a parar a los checos.
Los temores de que en Checoslovaquia pueda crearse una situación similar a la desintegración de Yugoslavia son rechazadas en general por la clase política. "La guerra terminará en el restaurante donde los eslovacos van a pedir borovicka (bebida nacional eslovaca) y los checos cerveza, y después ambos se irán a casa", dijo Josef Prokes, líder del Partido Nacional Eslovaco (SNS), posible aliado de Meciar en el próximo Gobierno.
Bratislava, la capital de Eslovaquia, con una población de medio millón de personas, no ha variado su ritmo, algo gris y monótono, y no se han visto reacciones populares en las calles. La semana pasada, sin embargo, se inició una fiesta espontánea con vítores y banderas cuando el equipo nacional eslovaco ganó por 3-0 a los semifinalistas checos, convirtiéndose así en los campeones nacionales.
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