El 'no' danés siembra el temor entre los candidatos al ingreso en la CE
El primer ministro danés, Poul Schlüter, anunció ayer que no descarta la posibilidad de convocar un nuevo referéndum sobre la unión europea para establecer un nuevo tipo de relaciones con la Comunidad, aunque siempre con una base diferente a lo acordado por los miembros de Ia CE en Maastricht. Con ello, Copenhague renunciaría, aparentemente, a seguir la marcha de la integración europea. El síndrome danés ha sembrado la inquietud en los países aspirantes a ingresar en la CE. Los ministros de Exteriores de los Doce ratificaron ayer en Oslo que no podía haber renegociación del tratado con Dinamarca.
En una reunión extraordinaria celebrada ayer en la capital de Noruega, los ministros de Asuntos Exteriores de la Comunidad dejaron bien claro que, tras el resultado del referéndum en Dinamarca, "excluyen cualquier reapertura de la negociación" sobre el texto, y confirmaron sin paliativos que el "proceso de ratificación continúa" y que deberá estar concluido antes de finales de año. Once países comunitarios hicieron hincapié en que "la puerta para la participación de Dinamarca en la Unión permanezca abierta".Frente a las recientes solicitudes de incorporación a la CE (Suecia, Austria, Finlandia y Suiza), Bruselas tiene como objetivo prioritario salvar la unión europea y llevar a los aspirantes el mensaje del todo o nada si quieren participar. La crisis ha impuesto la tesis de Francia y de España de que antes de la ampliación es necesario sentar firmemente las bases de la construcción europea en su seno.
El impacto del caso danés en los países nórdicos ha sido contundente. En Suecia, dos encuestas independientes mostraban ayer que los votantes suecos rechazan la entrada de su país en la CE, pero los Gobiernos temen repercusiones económicas.
Algo similar ha ocurrido en algunos países miembros. En el Reino Unido, un centenar de diputados conservadores ha planteado una moción de censura contra el tratado, aunque el primer ministro, John Major, ha advertido que no habrá marcha atrás. En Alemania, dirigentes de la oposición socialdemócrata se mostraron partidarios de convocar un referéndum.
En España, el ministro para las Relaciones con las Cortes, Virgilio Zapatero, se mostró ayer convencido de que no es necesario convocar a los españoles a un referéndum para modificar la Constitución y ratificar el Tratado de Maastricht. Zapatero declaró en los pasillos del Senado que el Gobierno ha sometido a. consulta del Tribunal Constitucional el mecanismo necesario para adaptar la Constitución al tratado.
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