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GOLPE A LA UNIÓN EUROPEA

La CE confía en que Dinamarca de marcha atrás

ENVIADO ESPECIAL Once Estados miembros de la Comunidad Europea (CE) se esforzaron ayer por disipar las dudas sobre la continuación del proceso de integración, reiterando, su empeño en ratificar tal cual el Tratado de Maastricht en el plazo previsto, pero sin romper lazos con Dinamarca, que el martes rechazó en referéndum la unión europea. Esta solemne toma de posición evita considerar eventuales soluciones políticas y jurídicas para superar el escollo danés y parece confiar en que, a través de elecciones o de un, nuevo referéndum, se pueda resolver.

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Reunidos en sesión extraordinaria, los ministros de Asuntos Exteriores de la CE aprobaron un comunicado en el que 11 Estados miembros "excluyen cualquier reapertura de la negociación" sobre el texto, confirman que el "proceso de ratificación continúa" y deberá estar concluido antes de finales de año e insisten, por último, en que "la puerta para la participación de Dinamarca en la Unión permanezca abierta".Consciente del rechazo unánime de sus socios a reabrir el tratado firmado hace cuatro meses, .el ministro danés de Exteriores, Uffe Ellemann-Jensen, afirmó ayer que había desistido de pedir que se negocie un nuevo Maastricht. "Sabemos que va a ser imposible", reconoció el ministro. Anteayer miércoles decía todo lo contrario.

"Los Doce quieren seguir juntos". "Creemos que Dinamarca es parte de nuestra familia y queremos que siga siéndolo", afirmó el presidente del Consejo de Ministros de la CE, el portugués Joáo de Deus Pinheiro, en una conferencia de prensa en la que tuvo que sentarse delante del emblema de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y de banderas de EE UU o Canadá.

La reunión comunitaria, que duró tan sólo dos horas, tuvo lugar justo después de un Consejo Atlántico de la OTAN. La presidencia lusa aprovechó la presencia en la capital de Noruega -un país que será en otoño candidato al ingreso en la CE- de todos los ministros de Exteriores comunitarios, excepto el irlandés, para convocar la sesión a la que también acudió el presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors.

Ellemann-Jensen agradeció el empeño de sus socios por permitir a su país reengancharse al "tren" de la construcción europea. Les correspondió asegurando que Copenhague "no tiene la intención de poner trabas a los demás para que hagan lo que deseen hacer". Insistió, sin embargo, en que Dinamarca deseaba seguir vinculada a la CE. "Quiero dejar claro", dijo, "que el no danés no es en ningún caso un no a Europa"

Algunos observadores consideraron, sin embargo, débil la señal política dada ayer por los once Estados miembros que permanecen fieles a Maastricht para demostrar su voluntad de seguir adelante. Varios gobiernos europeos, entre ellos el español, preconizaban la celebración de una cumbre extraordinaria de jefes de Estado o de Gobierno que la presidencia portuguesa no consideró útil.

Síndrome de Copenhague

"Se corre así el riesgo", comentó un diplomático español, "de que el síndrome de Copenhague invada la cumbre regular de Lisboa de finales de mes y que temas de primera importancia, como el debate sobre las nuevas perspectivas financieras de la Comunidad Europea, queden relegados a un segundo plano". La creación de un fondo de cohesión, prevista por Maastricht para ayudar a los Estados meridionales, podría retrasarse más allá de 1993.

La confianza de los 11 Estados en que el Gobierno danés logrará hacer cambiar de parecer a su opinión pública es tanto más sorprendente que, según todos los asistentes a la reunión, Ellemann-Jensen no dio ninguna indicación sobre la estrategia que pensaba seguir para lograr tal propósito.

"Ellemann-Jensen desea que sus socios den tiempo a Dinamarca para pegar el cambio ( ... )", comentó el titular francés de Exteriores, Roland Dumás. "( ... ) es a través de una evolución interna que el no debe modificarse", añadió.

"Cuando los demás hayamos ratificado veremos si podemos aplicar el tratado a 12 o a menos de 12", agregó la ministra francesa de Asuntos Europeos, Elisabeth Guigou.

"Hemos querido dar una sensación de sosiego", recalcó, por su parte, el secretario de Estado español para la CE, Carlos Westendorp, que sustituyó en la reunión al titular de Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, al que sus problemas de salud obligaron a permanecer en Madrid.

"Entiendo", prosiguió Westendorp dirigiéndose a los periodistas, "su curiosidad por las eventuales fórmulas jurídicas que permitirían seguir adelante sin Dinamarca pero les aseguró que no ha llegado el momento de estudiarlas". "Habrá tiempo suficiente para hacerlo si, de aquí a finales de año, nuestros amigos daneses no se han vuelto a subir al tren comunitario".

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