_
_
_
_
Entrevista:

"La inestabilidad en los Balcanes, amenaza a Grecia"

ENVIADO ESPECIAL, La entrevista se desarrolla mientras cientos de trabajadores protestan ante el Parlamento de Atenas por el previsto cierre de una industria militar no rentable. "Es peligroso para la defensa nacional", gritan quienes, preocupados por su empleo, utilizan a su favor un clima en el que la palabra guerra se oye cada vez con más frecuencia, pese a los intentos tranquilizadores del Gobierno y la oposición.

Pregunta. ¿Quiénes son los macedonios y quiénes son los skopianos?

Respuesta. Macedonia es una noción geográfica e histórica. Era parte de Grecia hace más de 2.000 años; sus habitantes hablaban griego, tenían la misma religión y cultura y Alejandro Magno, que era griego, extendió esto por su imperio.

P. Ésa es historia antigua.

R. Vayamos a la moderna. Tras las guerras balcánicas y la primera mundial, Macedonia fue dividida en tres: la mitad en Grecia, un 30% en la república de Skopie, y el restante 20% en Bulgaria. Jamás ha existido el pueblo macedonio. Los búlgaros han pretendido, y quizá sea cierto, que los eslavos que se llaman macedonios son búlgaros. Pero esa provincia del sur de Yugoslavia se llamaba en el periodo de entreguerras "provincia de Bardar", por el río del mismo nombre. Tras la II Guerra Mundial, cuando Tito y Stalin crearon la nueva Yugoslavia, establecieron la llamada república de Macedonia. Era el epicentro de un designio que pretendía "liberar a los hermanos eslavos" en Grecia y extender esa Macedonia hasta el mar Egeo, con una salida al mismo por Salónica. Inmediatamente estalló la guerra civil en Grecia provocada desde el exterior. Desde entonces, esa llamada república de Macedonia no ha cesado en su propaganda, cuando el, hecho es que no existe una minoría macedonia en Grecia. Los eslavos incluso abandonaron el país después de la derrota comunista en ese conflicto.P. ¿Cuál es el peligro real?

R. El uso del nombre de Macedonia por una nueva república eslava en los Balcanes no sólo usurpa la denominación de una república griega que lo ha tenido durante más de 3.000 años, sino que pretende robar la herencia y la cultura helénicas de esta tierra y su pueblo. Además" la insistencia de Skopie esconde reclamaciones territoriales y mina -la paz y la seguridad en toda la región balcánica.

P. ¿No es Kiro Gligorov, el presidente de la Macedonia yugoslava, un hombre razonable?

R. Sí. Es apreciado por los europeos y los norteamericanos. Pero es también un antiguo comunista, tan demócrata como Milosevic, el presidente serbio. Tal vez menos. Perteneció incluso a la juventud hitleriana. Ahí empezó. Luego fue comunista hasta el límite; más tarde, uno de los más cercanos colaboradores de Tito. Y ahora es demócrata. Vale. Lo aceptamos, pero tenemos todos los motivos para desconfiar.

P. ¿Piensan los griegos que pueden verse envueltos en otra guerra balcánica?

R. Están muy inquietos por lo que ocurre en Yugoslavia, pero no creo que exista un riesgo de guerra, creo que el sur seguirá tranquilo.

P. ¿Incluso Kosovo?

R. Hay que estar muy atento a lo que pasa allí. No hay que estimular la autodeterminación y la independencia de los albaneses de esa región. Autonomía, derechos humanos, sí, pero jamás independencia. Hay que respetar las fronteras, aunque sean las de Tito.

P. ¿Por qué la autodeterminación de Kosovo sería una amenaza para Grecia?.

R. Para Grecia, no, pero sería inaceptable para Serbia, supondría el estallido de otra guerra civil, la peor de todas. Aunque tenga un 90% de albaneses, Kosovo es la Meca para los serbios, está ligado de tal forma a su historia que jamás aceptarían perderlo.

P. ¿Es aún posible una solución global al problema de Yugoslavia?R. Será imposible sin el acuerdo de Serbia. Milosevic es ahora el líder indiscutible; cuanto más se le ataca, más fuerte se vuelve. Grecia acepta las sanciones de la CE y la ONU, aunque no estemos de acuerdo. Pero es necesario que la presión sobre Serbia esté dirigida a que finalmente colabore para lograr una decisión global que garantice la paz y la estabilidad en toda Yugoslavia.

P. Existe la sospecha de que Grecia puede ser el agujero por el que se y violen las sanciones.

R. No. Grecia tiene una política honesta y sincera. Jamás traicionaremos la solidaridad, europea.

P. En la eventualidad de una acción militar, ¿cedería Grecia su territorio como apoyo?

R. Eso es completamente diferente. Además, no creo que, de momento, se contemple tal posibilidad.

P. Pero en el caso de que...R. No voy a dar una respuesta a una cuestión hipotética.

P. Grecia va a tener que pagar un alto precio por aplicar las sanciones.

R. Efectivamente. Es el único país europeo que tiene por qué preocuparse. Estamos evaluando las pérdidas.

P. Se habla de 1.000 millones de dólares.

R. Aproximadamente. Y, pese a ello, hemos aceptado sumarnos al consenso.

P. ¿Pedirá Grecia una compensación?

R. Evidentemente. Ya lo hemos hecho. A la CE y a la ONU.

P. ¿Cree usted que la próxima guerra yugoslava puede estallar en Macedonia, perdón, en Skopie?

R. No. No creo que el conflicto se extienda al sur. Sería un gran error.

P. Se percibe en Grecia un cierto síndrome israelí, como si se pensara que está rodeada de enemigos.

R. No, no. Ni hay ese sentimiento, ni estamos rodeados de enemigos. Mantenemos muy buenas relaciones con Albania, que puede sobrevivir únicamente gracias a que tiene 150.000 de sus habitantes, la mitad de ellos ilegales, trabajando en Grecia y enviando sus ganancias al país. También las tenemos con Serbia y las otras repúblicas yugoslavas, podemos incluso tenerlas con Macedo..., Skopie, si se cumplen las condiciones de las que hemos hablado. Asimismo con Bulgaria, e intentamos resolver las diferencias con Turquía.

P. ¿Es posible un tratado de amistad con Ankara mientras sus tropas sigan en Chipre? .R. Si Turquía decide resolver el conflicto chipriota, estamos dispuestos a concluir tal compromiso, y espero que sea así.

P. Se habla mucho de si, si, si, pero se sigue en el mismo sitio.

R. Yo he hablado del cinismo europeo, y lo repito. Se habla incluso de sanciones militares contra Milosevic pero al mismo tiempo se olvida, que hay tropas de ocupación turcas en Chipre, en medio del Mediterráneo, en un Estado independiente. ¿Por qué se acepta? Si pedimos que se resuelva la cuestión, se nos acusa de crear problemas en el seno de la CE.P. ¿Puede extenderse por Grecia el sentimiento antieuropeo?

R. Si aquí hubiera un referéndum como el de Dinamarca sobre Maastricht, el resultado sería de un 90% en favor del tratado. Pero éste es un pueblo sentimental y mediterráneo y su reacción podría tener consecuencias muy negativas si se siente decepcionado y humillado en estos momentos claves.

P. En la CE crece la preocupación porque Grecia, a causa de la debilidad y los desequilibrios de su economía, pueda perder el tren europeo.

R. Se verá en los años próximos. Grecia ha decidido seguir a los otros países en la unificación monetaria y económica. Conocemos nuestras debilidades y aplicamos una política apropiada para hacerles frente, pero no somos el único país con problemas. Grecia participará en la Europa unida. Estoy convencido.

P. La privatización no ha avanzado lo prometido, mucha gente sigue sin pagar impuestos, el aparato estatal es demasiado grande y funciona mal...

R. La privatización exige cierto tiempo. Hay que preparar a la opinión pública, a la Administración, que están en contra, sobre todo la burocracia. Incluso, la señora Thatcher necesitó varios años. Pero hemos comenzado bien. Estamos acelerando el ritmo, y hacia final de año la habremos realizado, espero. Tenemos también un problema fiscal; en realidad, el problema es el déficit, que exige aumentar nuestro recursos. Hace falta que los griegos paguen sus impuestos cambiando la ley fiscal. Una reforma revolucionaria está en marcha. Soy optimista, aunque con el Gobierno socialista perdimos 10 año.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_