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FERIA DE SAN ISIDRO

Las cuentas del Gran Capitán

En Madrid cuesta lo mismo ver a las figuras que a los aspirantes

JUAN MORA Ver esta tarde al Niño de la Capea, Joselito y Ponce cuesta lo mismo que, por ejemplo, el pasado domingo a Dámaso González, Tomás Campuzano y Rafael de la Viña. O que ayer a César Rincón, cuando él solo cobra más que los tres últimos juntos. Las cuentas, para el aficionado, no cuadran; a la empresa sí porque hace un "presupuesto global".

Una entrada de las buenas, como pueda ser fila 6 del tendido de sombra, cuesta 4.900 pesetas en la feria. Sólo se abarata en una corrida de rejoneo (4.425) o en una novillada (2.450). Si son toros no hay la más mínima variación, pese a que la diferencia en el coste de un cartel bueno o malo es hasta de 30 millones.

El público, por tanto, o paga de menos en corridas como las de hoy, o de más, como la del pasado domingo o en otras 13 parecidas que se han programado en San Isidro. "NI de más ni de menos", explica Manuel Cano, vicegerente de la empresa.

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El señor, Cano explica la razón por la que los precios son los mismos en todos los casos: "Si queremos mantener la plaza de Las Ventas como la más barata del mundo tenemos que poner unos precios contemplando el presupuesto global de todo el año. Si aplicarámos, en cambio, los precios según el coste de cada corrida, en algunas habría que duplicarlos y hasta triplicarlos, algo que no podemos pues estamos obligados a no subir las localidades más allá del IPC".

Precio encarecido

Las cuentas, vistas así, le salen también al abonado, que paga por toda la feria 131.350 pesetas por la localidad antes indicada. Pero no, en cambio, al aficionado que acude a corridas sueltas. Este abona en las corridas malas un precio encarecido cuya finalidad es subvencionar los carteles buenos que él no verá porque para éstos nunca hay billetes.

Pedro Mora, director del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, aseguró que éste puede ser un tema a tratar en el próximo pliego de condiciones bajo el cual se adjudique la plaza: "No hay que descartar la aplicación de diferentes tarifas según la categoría de los toreros".

No obstante, el director taurino de la Comunidad califica de razonable el sistema de precios: "Se trata de equilibrar un presupuesto de unos 2.000 millones de pesetas bajo unas condiciones determinadas y esto sería difícil de conseguir estableciendo los precios de cada corrida según su coste".

El señor Mora admite que la empresa gana en algunas corridas a cambio de perder en otras. Prefiere no entrar en el detalle de las cifras: "Hasta final de temporada la empresa no nos comunica el balance. Entonces será el momento de hacer públicas las cuentas. Pero siendo el cargo en taquilla de 38 millones para una corrida de toros, es fácil hacer cálculos". La máxima cotización en San Isidro la tienen Espartaco y César Rincón, con unos honorarios en torno a los diez millones de pesetas.

La empresa calla

Eduardo Lozano, por parte de la empresa, no quiso facilitar ningún dato sobre el coste de las corridas que organiza y desautorizó a cualquier persona u organismo para hacer un cálculo de la cantidad que ello podría suponer.

"En verano sólo vienen 2.500 personas a la plaza y tenemos que celebrar igualmente corridas" fue el único comentario del empresario. Tampoco quiso valorar el tipo de carteles que ofrece esas tardes de los domingos, formados por toreros de escasa cotización.

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