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El vuelco de un camión llena de mariscos la M-30 y de atascos la ciudad

La capital vivió ayer seis horas de gigantesco atasco. El peor día de los últimos dos meses. Un camión frigorífico marca Volvo, de matrícula francesa, volcó a las cuatro de la madrugada en la M-30 y esparció por la carretera su carga de gambas y cangrejos. Luis bomberos emplearon cuatro horas para retirarlo, y el tapón llenó de coches parados las principales vías. El accidente, ocurrido a la altura del puente M Rey, ocasionó reiterados choques a causa de los vehículos retenidos. Los embotellamientos se sucedieron durante toda la jornada, por la lluvia y el mayor uso de coches en el fin de semana.

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El camión frigorífico, conducido por Íñigo F. P., derrapó por el suelo mojado, chocó contra la mediana de la vía de circunvalación y volcó, según comentó su conductor a los agentes de la Policía Municipal. El vehículo quedó cruzado, interrumpiendo el tráfico en dos de los tres carriles en dirección al estadio Vicente Calderón. Además, toda la calzada se cubrió de mariscos. Uno de los carriles de salida quedó también cerrado al paso de coches, porque tuvo que aparcar allí uno de los dos vehículos grúa de los bomberos. La circulación por estas vías no pudo restablecerse hasta las ocho de la mañana, una vez que el camión fue retirado al arcén. Los trabajos para mover el remolque obligaron a cortar totalmente el paso de coches en varias ocasiones. Hasta las diez de la mañana no se recuperó cierta normalidad en la vía, que siguió con circulación lenta por los chaparrones.

Portavoces del parque municipal de, bomberos comentaron que la tarea para mover el camión duró varias horas, "porque hubo que vaciar todo el contenido de la cámara frigorífica, que quedó destrozada, recoger los congelados desperdigados por la calzada, mover el remolque con dos grúas y volverlo a cargar".

Como consecuencia de este accidente chocaron, en el mismo lugar, otros dos camiones, un Pegaso con matrícula de Pontevedra y otro de Madrid, sin que hubiera heridos, según aseguraron en el parque municipal de bomberos. También se produjeron varias colisiones en cadena sin importancia, debidas a la curiosidad de los conductores, a la lluvia y a no respetar la distancia de seguridad en una circunstancia como ésta, donde los coches van frenando constantemente.

Horas después, en la carretera Madrid-Valencia (nacional III), a la altura de Arganda del Rey, derrapaba otro vehículo pesado y chocaba contra un turismo. El tráfico quedó cortado entre las 12.40 y las 14.10. Las colas llegaron a alcanzar siete kilómetros.

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A la una de la madrugada, otro vehículo pesado había chocado también contra una valla de la M-30 a la altura de Marqués Monistrol. Por la tarde seguía estacionado en el arcén, mientras continuaban las tareas para remolcarlo. A las cinco de la madrugada, Fernando A. A. resultó herido leve al derrapar el camión Ebro que conducía en la carretera de Castilla, junto al desvío del Club de Campo. El vehículo chocó contra una farola y la arrancó de cuajo.

La lluvia empeoró las condiciones de circulación en la ciudad durante todo el día. En la hora punta de la mañana (de siete a diez), las peores zonas eran el nudo norte, el final de los bulevares, Santa María de la Cabeza y la M-40 sur.

Los niveles de saturación del tráfico (el movimiento que hay de coches) alcanzaron un 95%, cuando en un viernes normal no sobrepasan el 92%. También en las carreteras de acceso, la circulación fue lenta, especialmente en la nacional III (Madrid-Valencia), nacional IV (Madrid-Andalucía) y nacional V (Madrid-Extremadura).

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