_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Unidad

Juan José Millás

Fui a casa de mis padres a devolver unos zapatos que me habían prestado y los encontré en el cuarto de estar alucinando con un videocorto de Felipe González. Percibí un olor raro, pero no dije nada; se estaba bien allí, con las piernas bajo las faldas de la mesa camilla, aunque daba un poco de miedo escuchar al presidente aquello de que estaba dispuesto a enfrentarse incluso con los que tenía cariño si eran un estorbo para la unidad europea. Este país siempre se ha dejado la piel de toro por alguna clase de unidad o de destino. Cuando mi padre dijo que quien bien te quiere te hará llorar para apoyar a González, yo comenté que se había formado una hermandad de caídos por España y por Maastricht; entonces vi que movían adversativamente la cabeza en dirección al presidente, como diciendo "lo vais a matar a disgustos".Al poco, mi padre fue a la cocina y volvió con una bandeja de pasteles que colocó de manera que yo no alcanzara. Me dolió, aunque no me gustan los dulces, pero me sorprendió sobre todo la glotonería y la avaricia con la que comían ellos. Comprendí de súbito que el olor que había detectado al entrar era el de un canuto, y me fastidió que fueran tan felices con González y con el hachís, las dos cosas por las que me expulsaron de casa en el 82. Les pregunté que por qué fumaban esas porquerías en el momento justo en el que el presidente decía que estaban allí porque les daba la gana. Mis padres se rieron como si González hubiera respondido por ellos. "Además, peor droga has sido tú y hemos sobrevivido, inadaptado, que eres un inadaptado", añadió mi madre. Me quité los zapatos que había ido a devolver y me levanté. Ya en la puerta, mi padre me dio unas zapatillas de cuadros para que no anduviera descalzo, pero me dijo que no se las devolviera, como con miedo a verme otra vez por su casa.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_