Cruce de acusaciones entre los procesados en el juicio por corrupción de menores
La primera sesión del juicio a los siete presuntos integrantes de una red de corrupción de menores desarticulada en 1990 puso de relieve las discrepancias entre los procesados, que ayer se cruzaron acusaciones en la Audiencia Provincial de Madrid. Hoy está previsto el interrogatorio de los dos principales implicados, los brasileños Carlos Alberto Romào y Jasías Gómez de Araujo, para cada uno de los cuales el fiscal pide 33 años de cárcel.
La negativa inicial de los dos brasileños a declarar en el juicio -ya que consideraban que su abogado de oficio no estaba al corriente de su defensa- alteró el orden de la sesión. Finalmente, Româo y Gómez de Araujo accedieron a ser interrogados. Hoy jugarán con la ventaja de conocer los testimonios del resto de los procesados. El fiscal les acusa de reclutar a menores y someterlos a "todo tipo de prácticas sexuales y sadomasoquistas" con clientes que llegaron a abonar hasta 125.000 pesetas. En la sesión que se desarrolló ayer en la Sala Tercera de la Audiencia, José Ramón Vega, uno de los encausados, se enfrentó a un duro careo con la que -según confesó- fue su secretaria y amante: María del Carmen Jaramillo. Vega insistió en que llegó a existir una relación sentimental entre ambos, pero Jaramillo le recordó: "Tú eras el jefe, yo te contaba a ti [el contenido de lasllamadas telefónicas], y tú me decías lo que tenía que hacer". El fiscal pide para cada uno de ellos una pena de ocho años de cárcel como presuntos responsables de "una agencia donde se fomentaba la prostitución (...), no constando que para tales fines se sirvieran de otras personas" que fueran menores de edad.
No hace falta título
María Josefa Lombardía, titular de una sala de masajes situada, en la calle de Ayala, se limitó a defender que trabajaba en un centro de tratamientos de belleza. "¿Tiene usted algún título?", le pregunto el fiscal. "No, pero tengo conocimientos, y esas cosas se aprenden, no necesitan titulación", replicó. El ministerio fiscal pide cinco años para ésta mujer, responsable de la sauna de, la calle de Ayala, donde se produjeron contactos entre menores y clientes de la banda. A preguntas del presidente de la sala, los consoladores decomisados por la policía al desmantelar la red de corrupción de menores fueron tildados de "artículos de broma" por José Ramón Vega y de "objetos de uso personal" por Lombardía.
María del Carmen Jaramillo también tuvo que confrontar sus manifestaciones en el juicio en un careo con Patrocinio Díaz Gómez, responsable de un piso de contactos -"una especie de bar de alterne con compañía amistosa sentada en sillones Emmanuelle"- en la calle del General Perón. La primera aseguró que trabajó en ese piso. La segunda lo desmintió: "Nos conocimos en los calabozos [de la puerta del Sol]".
Patrocinio Díaz y su marido, Santiago Rayán, que, junto con los dos brasileños, son los únicos procesados que siguen en prisión, están acusados por el fiscal de prostituir a las menores Elvira M. S. y Susana A. P., que se habían escapado de sus domicilios familiares, en Palencia. Por ello, el acusador público les pide ocho años de cárcel. Ambos se esforzaron por demostrar al tribunal que su única intención fue ayudar a una de las muchachas a regresar con sus padres. Precisamente, Santiago Rayán, contable de profesión, destacó que tiene una hija de 22 años que "ha estudiado y se ha graduado en el Opus Dei", para dar una idea de su talante -"Dar de comer al hambriento y posada al peregrino"- cuando la policía halló a una menor en su oficina de la calle del General Perón.
En un procedimiento judicial separado, la titular del Juzgado de Instrucción número 29, Clara Penín, ordenó la investigación de 15 clientes de los menores prostituidos, a pesar de que éstos se negaron a identificarles.
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