Un portazo en la cara de los haitianos
Bush ordena a los guardacostas devolver a su país a los 'balseros' que abandonan la isla
A los haitianos que desde hace meses escapan de la insostenible situación de su país les han cerrado la última puerta a la esperanza .El presidente de Estados Unidos, George Bush, ordenó ayer a los buques guardacosta norteamericanos que devuelvan a Haití a todas las personas que, a bordo de balsas e incluso ruedas de camión, se lanzan al mar Caribe con la intención de llegar a las costas de Florida. "El gran número de inmigrantes haitianos ha llevado a una situación peligrosa que ya no podemos manejar", dijo la portavoz de la Casa Blanca, Judy Smith. "No tenemos otra opción que devolver a los haitianos que recojamos en el mar". Hasta el jueves, los guardacostas recogían a todos los balseros y los llevaban a la bahía de Guantánamo, en Cuba. Esta base de EE UU se encuentra ahora al límite de su capacidad, con más de 12.500 personas hacinadas bajo las carpas. Desde ahora, los buques sólo podrán ayudar a las embarcaciones que estén a punto de hundirse o en grave peligro, y llevarlos de vuelta a su país. Si no es así, ni siquiera tienen porqué atenderles.
Por si fuera poco, desde hace semanas planea en la bahía la amenaza manifestada por Fidel Castro de dar salida a todos los descontentos de Cuba abriéndoles la frontera con la base de Guantánamo, según han manifestado fuentes de las organizaciones cubanas en Miami. Oficialmente sin embargo, la posición de La Habana no ha variado, informa Mauricio Vicent, y todas las maniobras que de vez en cuando se realizan en la base, en previsión de una masiva salida de cubanos -atravesando una doble barrera de minas cubanas y norteamericanas-, son consideradas por el Gobierno como una agresión de Estados Unidos.
Mientras tanto, los desesperados continúan huyendo de Haití, donde cada día se producen muertes y apaleamientos a manos de las fuerzas militares afines al Gobierno golpista y, cada noche, bandas organizadas se dedican al robo y al pillaje sin hacer caso del toque de queda que obliga a abandonar las calles al resto de la población.
La Casa Blanca insiste que este cambio de actitud obedece a su intención de "proteger la vida de los haitianos" que cada día se juegan el destino en la zona marítima llamada Paso de los Vientos, que separa Haití de la provincia cubana de Guantánamo. Sin embargo, activistas de las organizaciones pro derechos humanos han argumentado que enviar a los refugiados a su país es como garantizarles que van a tener que enfrentarse con la represión. Judy Smith ha contestado que, después de devolver a unos 2.000 haitianos, el seguimiento de sus casos ha demostrado que no han sufrido violencia por parte de las autoridades militares. "Los gobernantes nos prometieron que respetarían a estos ciudadanos y, hasta este momento, esas promesas han sido cumplidas", insistió Smith.
"En las actuales circunstancias, es más seguro para los ha¡tianos permanecer en su país", concluyó Smith, quien explicó que las personas que demuestren su condición de refugiados políticos podrán, no obstante, esperar a que su situación sea estudiada individualmente por las autoridades norteamericanas de inmigración. En este caso se encuentran los 12.500 refugiados de Guantánamo.
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