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Entrevista:

"El Ejercito y la democracia caminan de la mano"

El evangelista Jorge Serrano Elías, presidente de Guatemala, inicia hoy una visita oficial a España, la primera desde que hace poco más de un año se hiciera constitucionalmente con el poder en su país. Serrano asegura que, desde que es presidente, se ha acabado la impunidad de quienes, en un país donde tradicionalmente se atenta contra la dignidad del hombre, violan los derechos humanos.

Jorge Serrano viaja a Madrid y Sevilla. Pretende informar de una Guatemala distinta y monta en cólera cuando se le recuerdan las continuas denuncias internacionales que ponen a su país a la cabeza de los crímenes más impunes y de las peores aberraciones contra la dignidad del ciudadano. Ante las sospechas que despiertan los militares de esta república centroamericana, que desde hace 30 años combaten a la guerrilla popular, asegura que "el Ejército y la democracia caminan ahora de la mano".Dice este presidente centroamericano, de 49 años, que existe "una industria de los derechos humanos" empecinada en desprestigiar a Guatemala, justifica que la paz aún no se ha firmado en su país porque la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) no sabe lo que quiere y reclama a la comunidad internacional ayuda para salir de "una guerra intestina" que siembra diariamente de cadáveres a esta nación latinoamericana.

Pregunta. Guatemala es el país del continente donde mayor impunidad gozan quienes violan los derechos humanos.

Respuesta. Eso no es cierto. Desde que estoy en la presidencia de la república no hay un hecho que haya quedado impune. Cuantos crímenes han sido cometidos están sujetos a los tribunales. Lo que sí debe haber es una conciencia clara de que Guatemala es un país que padece desde hace 30 años una agresión armada. Es una agresión que nos tiene prácticamente en una lucha intestina y hace que en el país todos los días muera gente. Nosotros apelamos a la conciencia internacional para que nos ayude a salir de este conflicto y deje de alentar a esas fuerzas que no han hecho más que traer muerte y desolación al pueblo guatemalteco. Antes eran marxistas y ahora ya no son nada. Sin embargo, siguen con las armas en la mano matando gente.

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P. Da la impresión de que el Ejército es más fuerte que la democracia en su país.

R. El Ejército y la democracia caminan de la mano. Nunca ha habido mejor integración que la que hay actualmente. Tenemos un Ejército subordinado al poder civil, disciplinado y altamente profesional.

P. ¿Qué impide que no se firme la paz con la guerrilla?

R. La guerrilla no ha podido decirnos hasta el momento qué es lo que quiere. Pidieron dialogar y hemos dialogado con ellos, pero ya llevamos dos años de conversaciones y no hemos podido entender finalmente cuál es el tenor de sus demandas.

P. La región camina hacia su desmilitarización, y usted, en cambio, mantiene inalterable al Ejército más poderoso de Centroamérica.

R. Somos el Ejército más poderoso porque somos también el Ejército más profesional, pero no dejamos de ser el más pequeño de la región. Nuestro Ejército tiene más fronteras, más territorio y más población que cuidar que otros. Sin embargo, como a nosotros nadie nos da un centavo para nuestro Ejército, no podemos modernizarlo, carecemos de equipos, armas avanzadas e incluso suficiente transporte aéreo, lo que nos está haciendo muy difícil el control y el combate del narcotráfico.

P. Su condición de evangelista le ha inducido a caminar de forma distinta a la Iglesia católica, de fuerte influencia en Guatemala. ¿Cómo lleva la cohabitación?

R. Perfectamente bien. Yo soy el presidente de todos los guatemaltecos. La práctica de mi religión es un hecho familiar y también la forma que yo considero mejor para comunicarme con Dios y llevar adelante mi culto y mis creencias.

P. Pero algunos obispos centroamericanos, entre ellos los de su país, aseguran que las economías neoliberales enriquecen a unos pocos y condenan a la miseria a los demás.

R. No entiendo a qué llaman ellos política neoliberal. Estamos ejecutando una política de desarrollo, con la ampliación de nuestros mercados y la expansión de éstos hacia mercados internacionales, y, al mismo tiempo, de un alto y profundo contenido social. Mi Gobierno es, en los últimos 30 años, el que ha planificado y está ejecutando los mejores índices de inversión en aspectos eminentemente sociales. Y lo hemos hecho con dinero propio porque a nosotros, por toda la propaganda que nos ha tirado en contra esa industria de los derechos humanos que es tan popular en Europa, nos han aislado de los organismos internacionales de crédito y de la cooperación internacional.

Informes favorables

P. Se refería usted antes a una industria de los derechos humanos.

R. Sí. En el caso de Guatemala, la industria de los derechos humanos, antes de que se llevara a cabo la reunión de Ginebra, envió 30 personas a Europa durante dos o tres meses hablando mal del país para lograr una condena al Gobierno. La Comisión de Derechos Humanos de Ginebra, que tiene información directa de lo que aquí ocurre, emitió sus informes y fueron favorables para el país.

P. Guatemala acaba de despegarse con El Salvador y Honduras en una alianza tripartita por el libre comercio. ¿Está en peligro la pretendida integración con el resto de los países centroamericanos?

R. De ninguna manera. Nosotros tenemos acuerdos firmados ya con Costa Rica, Nicaragua y Panamá sobre el marco de la integración económica centroamericana. Guatemala, Honduras y El Salvador, en este caso, han decidido dar pasos más rápidos, y lo que está previsto que Centroamérica logre a finales de 1993, nosotros lo vamos a alcanzar a principios de año.

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