México y la colonia vasca emplean la 'mano blanda' con la veintena de exiliados
México se ha caracterizado por ser un país con mano blanda frente a la presencia de una veintena de miembros de ETA en su territorio. La importante colonia vasca, prácticamente integrada en el poder político y financiero del país, ha sido un factor de disuasión para un entendimiento entre España y México en la cooperación antiterrorista. La legislación, muy sensible al asilo político, da ventaja a los fugitivos, que están por encima de la amistad de ambos Estados e incluso de las órdenes de busca y captura de Interpol.
Este fue el caso de Esteban Murillo Zubiri, puesto en libertad a finales de julio último trasnueve meses de cárcel por intentar entrar con documentación falsa. Murillo, acusado del asesinato de un policía nacional en Pamplona en 1980, fue "confiado" a la custodia del industrial vasco-mexicano Jon de la Luisa.
Los controles migratorios son my vulnerables. Quizá por eso trataba de viajar a México Sabino Euba Zenarruzabeitia cuando fue detenido en París, semanas después de la detención de la cúpulat de ETA en Bidart. El país ha sido también en la década de los ochenta zona de tránsito y avituallamiento económico. Existen datos de que el aparato de finanzas de la organización, el que presuntamente dirigía Euba, invirtió años atrás en algunos negocios mexicanos.
