Un total de 550 pases o mantazos recibieron los toros

Al primer toro de la corrida de ayer le torearon, o le intentaron torear, 45 veces; al segundo, 56; al tercero, 62; al cuarto, 59; al quinto, 80, y al sexto, 71. Total, que les pegaron 373 pases. La estadística proporciona una dato todavía más espantoso: a los seis toros les dieron después de la faena un total de 177 mantazos para que doblaran. Total de los totales, 550. El público se aburre en Las Ventas. Con estas cifras en la mano no es de extrañar. Porque torear, lo que se dice torear, no se torea casi nunca, aunque los toreros no paren de dar pases.

Y es que de las 550 veces que desplegaron la capa o la muleta ante el toro las 12 personas que ayer se vistieron de luces, sólo el 23% de las ocasiones fue para intentar el lucimiento. El resto, o sea, nada menos que 419 capotazos, se dieron para colocar al toro, cerrarlo, abrirlo, traerlo, llevarlo, bregarlo, doblarlo, marearlo; en fin, también para aburrir al personal en un trámite que se realiza, además, sin ninguna gracia ni torería. 131 pases para lucirse

El análisis de la corrida de ayer ofrece más datos. De las 131 veces que los toreros intentaron estirarse, 42 de ellas fueron con la capa, 38 para dar naturales, 37 para torear con la derecha y 14 para dar el pase de pecho. Es decir, que incluso sobraron ocasiones para el lucimiento. Porque 15 pases (bien dados) bastan para cortar las orejas en Madrid.

Un dato revelador que contribuye al hastío del espectador: al primer toro de ayer le dieron 23 mantazos en la mareante rueda de peones, para que doblara tras la estocada. Y aún hubo más: otros tantos recibió el tercero, 29 el sexto, 33 el cuarto y 37 el segundo. El quinto sólo se llevó nueve. Total, 177. Un colofón apropiado para los 373 pases de la corrida.