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Nacionalistas georgianos matan a 52 refugiados osetios

Nacionalistas georgianos ametrallaron ayer un autobús y mataron a 52 refugiados que viajaban desde Osetia del Sur a Osetia del Norte. La mayoría de las víctimas eran mujeres, niños y ancianos. La feroz matanza pone en peligro los débiles signos de estabilidad que surgieron en la región después de las conversaciones mantenidas la semana pasada entre el líder de Georgía, Edvard Shevardnadze, y el de Osetia del Sur, Torez Kolumbékov.

El territorio caucásico de Osetia del Sur es una provincia autónoma de Georgia que proclamó su independencia el pasado diciembre y desea unificarse con Osetia del Norte, una república integrada en la Federación Rusa.

Los dirigentes de ambos sectores de Osetia enviaron ayer sendos telegramas a los Gobiernos de Rusia y Georgia en los que condenan el bárbaro atentado y subrayan que, cuando se avanza hacia la paz, "ciertas fuerzas georgianas buscan desestabilízar la situación y obstaculizar la puesta en marcha de los acuerdos". Desde la capital de Georgia, Tbilisi, un portavoz oficial calificó la matanza de "abierta provocación".

Otro conflicto dentro de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), el de Moldavia, siguió ayer en ebullición. El presidente de ese país fronterizo con Rumania, Mircea Snegur, acusó al 140 Ejército ruso de "flagrante agresión", y de estar ocupando parte del país. Asimismo, llamó a los moldavos a oponer resistencia a los "agresores".

Estas acusaciones fueron formuladas después de que 10 carros de combate tomaran posiciones junto a los guardias rusohablantes enfrentados con los moldavos. El 141 Ejército está emplazado en la orilla izquierda del Dniéster, donde los rusohablantes han proclamado una república independiente ante el temor de que Moldavia se reunifique con Rumania.

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Entre tanto, la situación en Crimea, la península que fue transferida de la Federación Rusa a Ucrania hace 38 años, experimentó ayer un giro al debatir el Parlamento de ese territorio un proyecto de compromiso que supone la vuelva atrás de la proclamación de independencia, declarada hace dos semanas, y la conversión del referéndum de independencia, previsto para agosto, en una consulta en la que el pueblo decida sobre la nueva Constitución de la República, en la que se establece que Crimea forma parte de Ucrania.

Otro conflicto en el seno de la CEI, el que enfrenta a Armenia y Azerbaiyán, amenaza con desplazarse a la república autónoma de Najicheván. Turquía, país limítrofe con este enclave azerí, ha advertido que no permitirá cambíos de fronteras en la zona y podría incluso intervenir militarmente. El presidente turco, Turgut Ozal, declaró el martes que Turquía debía intervenir militarmente en el conflicto que enfrenta a armenios y azeries.

Esta ampliación del conflicto se produce cuando el enclave de Nagorni Karabaj -ya completamente en manos armenias- está a punto de recibir la misión de las Naciones Unidas encabezada por el español Francesc Vendrell, que llegará mañana a Yereván, la capital armenia.

La misión de la ONU, que lleva medicamentos a Nagorni Karabaj, estudiará la manera de contribuir a los esfuerzos de paz que realiza la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE).

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