El subterráneo de Principe Pío pasará sobre cinco túneles ferroviarios y uno de coches

El paso subterráneo bajo la glorieta de San Vicente, en Príncipe Pío, el siguiente que sacará a concurso el Ayuntamiento, va a atravesar un gruyére. Los técnicos han tenido que meter con calzador la nueva vía en un subsuelo ocupado, por tres túneles del Metro, dos de Renfé y otro de vehículos. Dos de ellos deberán ser rectificados. Y todo cuesta abajo. El paso, que será sólo de safida hacia la carretera de Extremadura, deberá'salvar un desnivel de 30 metros en poco más de medio kilómetro. El PP aún no ha decidido si pagará la obra con fondos municipales o compensará al constructor con la explotación de aparcamientos en la zona del paseo de la Florida. La inversión suma 1.200 millones de pesetas.

El Gobierno municipal del PP quiere aplicar su receta mágica, los pasos subterráneos, a los atascos de la cuesta de San Vicente. El concejal de Obras, Enrique Villoria, tiene previsto sacar a concurso el próximo mes un subterráneo de 575 metros que salve la glorieta de San Vicente, en la que confluyen el paseo de la Florida y el de la Virgen del Puerto.El proyecto, que se está retocando actualmente para incluir las sugerencias de los técnicos del área de Circulación, fue visto siempre con escepticismo por los técnicos municipales. La zona es un queso gruyére. En su subsuelo hay tres túneles, dos más están en construcción y otro está en proyecto.

Dos de ellos, además, están a menos de 4,5 metros de la calle, por lo que el paso de Villoria se los comía. Son los túneles del ramal Ópera-Norte del Metro y uno de vehículos que sirve para acceder desde la M-30 a la carretera de Extremadura.

Ante este panorama, el Ayuntamiento decidió aplazar la obra hasta que la Comunidad de Madrid cerrara el ramal del Metro, lo que tenía previsto hacer en 1994, una vez que se terminara la prolongación de las líneas 6 y 10 del Metro hasta Príncipe Pío.

Pero la Comunidad ha cambiado de opinión y ha decidido no clausurar el ramal. Un estudio elaborado por la Consejería de Transportes recomienda conservar este tramo del Metro para no perjudicar el futuro intercambiador de transportes de Príncipe Pío. En él coincidirán los autobuses urbanos y los de la periferia sur, tres líneas de Metro (la 6, la 10 y el ramal) y la red de cercanías. Toda esta infraestructura ferroviaria copa el subsuelo de la glorieta de San Vicente.

Ramal sin bóveda

El Ayuntamiento, tras esta decisión de la Comunidad, ha decidido emprender el proyecto pese a las dificultades. Los técnicos han apurado un trazado en el que se consigue espacio suficiente para el túnel a costa de alisar la bóveda del ramal del Metro y deprimir unos cuantos metros el paso inferior de vehículos. Además, la calzada subterránea se instalaría unos centímetros por encima de los túneles de la línea 6 (actualmente en construcción) y de la 10 (que se construirá en 1994). Una circunstancia que el Ayuntamiento ha aprovechado para pedir al Metro que dejara hecha la parte del paso subterráneo que quedará encima de sus túneles.

Sólo los túneles del Pasillo Verde de Renfe, el que se perfora actualmente y el que ya existía, quedarán unos metros más profundos que la carretera.

Este encaje de bolillos, según lo definen los técnicos, se debe hacer, además, en una rampa con un desnivel de 30 metros, que se debe salvar en 575 metros salpicados por tres canalizaciones de Telefónica, dos de gas, varias galerías de servicio y hasta el colector de desagüe de la fuente de la glorieta de San Vicente.

El concejal de Obras, Enrique Villoría, aún no ha decidido cómo se financiarán los 1.200 millones de la obra. Villoría tiene dos opciones: sufragarlo con dinero municipal o utilizar la fórmula ya tradicional de compensar al promotor con la explotación de aparcamientos.

El Ayuntamiento tiene reservados 400 millones para esta obra, y además cuenta con los 800 millones que se ahorró al adjudicar el paso elevado de la avenida de los Poblados con una rebaja del 44%. La competencia entre unas 50 empresas hizo posible tal descuento.

La otra alternativa significaría ceder al promotor la explotación de 1.500 plazas de estacionamiento en el paseo de la Florida, en la glorieta de San Antonio de la Florida o en la colonia del Manzanares, donde existe un déficit de 1.236 plazas de aparcamiento. Uno de los proyectos descartados preveía construir los estacionamientos bajo el río Manzanares.