El Pardo
No hace mucho, alguien nos informaba en esta misma sección sobre la suerte que teníamos los españoles con contar a escasos kilómetros de la capital con especies que se extinguieron hace mucho en el resto de la avanzada Europa. Hace menos aún, un grupo de hispanófilos alemanes lamentaba que tendrían que cambiar de lugar de veraneo si nuestra educación medioambiental no evolucionaba antes de aplicar las directivas comunitarias. Sus comedidas palabras daban un tono muy civilizado a sus escritos. Para el resto del mundo, lo que nosotros hagamos o dejemos de hacer con nuestra naturaleza no es más que una suerte o desgracia, y se podrá evitar cambiando el destino de sus vacaciones, pero para mí la cosa es muy distinta. Grito angustiado por algo que siento como mío. Muy lejos del egoísmo o de la xenofobia.Por ello le pido al señor Vicente Albero -secretario de Estado de Medio Ambiente(el que afirmaba que sería un peligro declarar El Pardo parque nacional) que haga el favor de no politizar con los problemas de medio ambiente. Este lugar no tiene necesariamente que acabar pisoteado por domingueros y curiosos, sólo depende de la gestión posterior que se le dé. De la misma manera que las cuevas de Altamira son patrimonio de la humanidad y cuando se constató su deterioro se cerraron las puertas a la presión humana, y no por ello dejaron de ser parte de nuestro patrimonio. Por todo lo expuesto, me inclino a favor de esta declaración como figura de máxima protección jurídica, a salvo de vías rápidas y urbanizaciones, para este privilegiado entorno.-
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