¡Decimos 'no'!

LOS SINDICATOS han convocado una huelga general para el día 28. El derecho de huelga -como el de trabajar- es un derecho reconocido en la Constitución. Perfecto: que cada cual saque las conclusiones de su acción. Los sindicatos proponen ahora una negociación de las medidas de movilización, de acuerdo a las peculiariadades de cada sector; es decir, una especie de autorregulación; también es positivo.Sin embargo, los sindicatos desbarran radicalmente al concretar esa "autorregulación", al menos cuando se refieren a los medios de comunicación y más concretamente a los periódicos. Además de las modalidades del paro, piden "a los propietarios de los periódicos nacionales que les cedan la primera página para publicar un comunicado en el que se expongan los motivos de la movilización". CC OO y UGT, al hacer esa demanda, manifiestan una peligrosa ignorancia sobre lo que es el derecho a la información y sobre el papel de los profesionales en un medio de comunicación. Ante esta exigencia cabe recordar otros tiempos afortunadamente superados en los que había noticias de inserción obligatoria en las primeras páginas. Hace ya 12 años, EL PAÍS aprobó su Estatuto de la redacción, una especie de Constitución interna de carácter progresista que regula la relación del periódico con sus lectores y con sus periodistas; en su artículo 3.3 dice: "EL PAÍS rechazará cualquier presión de personas, partidos políticos, grupos económicos, religiosos o ideológicós que traten de poner la información al servicio de sus intereses"; y en su artículo 12: "El director es el responsable de la línea editorial de EL PAÍS ante los lectores y tribunales... A tales fines, mantiene el derecho de veto sobre todos los originales, incluidos los de publicidad".

Estos principios son, básicamente, los de los periódicos con vocación de independencia en todo el mundo. Si cediésemos a la imposición sindical estaríamos abdicando de la propia esencia de la libertad de expresión y de nuestro trabajo cotidiano. Por ello, desde ahora mismo decimos "no" a tan insólito chantaje, impropio de fuerzas democráticas. Nada tiene esto que ver con el derecho que tienen nuestros lectores a obtener en este periódico información puntual y exacta acerca de las razones que esgrimen los sindicatos para realizar la huelga del 28 de mayo, y sus opiniones sobre la misma. Algo que venimos haciendo y seguiremos haciendo, al margen del tono amenazante que adquieren las palabras lanzadas por el portavoz de

CC OO: "Sería una equivocación grave por parte de los empresarios el negarse a aceptar esta negociación, porque si antes del día 14 no hemos recibido una contestación que posibilite la acción reivindicativa de los trabajadores, adoptaremos una postura más radical". Esperemos que las cúpulas sindicales desautoricen tal barbaridad de sus portavoces; si no lo hiciesen, los periodistas debemos denunciar esta violación, que atenta contra la misma libertad de información.