_
_
_
_

La victoria en el sector público alemán sienta un precedente para otros conflictos salariales

El Gobierno alemán cedió finalmente a las pretensiones de los trabajadores del sector público. Tras 11 días de huelga, los sindicatos consiguieron un aumento salarial por encima del que había establecido una comisión arbitral y que antes de iniciarse el conflicto había sido aceptado por los propios sindicatos, pero no por la patronal. El acuerdo con el sector público sienta así precedente para las negociaciones de convenios de otros sectores, que ya amenazan con la huelga.

"Hemos ganado una victoria política", aseguraba triunfante Monika Wulf-Mathies, la presidenta de la ÖTV, el mayor sindicato del sector. Según el procedimiento, los afiliados al sindicato deben votar esta semana en favor de los acuerdos alcanzados por sus representantes, pero dada la incontestable victoria que han obtenido, la votación será una simple cuestión de trámite.Por parte del Gobierno, que se negó a subir por encima de un 4,8% argumentando que los costes del proceso de unificación hacían imposible un mayor aumento, la derrota ha sido total. El ministro del Interior, el democristiano Rudolf Seiters, se limitó a indicar que el acuerdo costará al tesoro público más de 16.000 millones de marcos extras (algo más de un billón de pesetas). Para el secretario general de la CDU, Peter Hintze, "el acuerdo llega al límite de lo que puede justificarse económicamente".

La única razón que encuentran ahora los miembros del Gabinete para justificar una huelga que colapsó el país durante once días y, entre otras cosas, colapsó los transportes causando grandes pérdidas es que: "las duras negociaciones eran imprescindibles para dar una señal sobre la necesidad del ahorro y de la estabilidad monetaria".

Según fuentes sindicales, el acuerdo consiste en una subida lineal de un 5,4% más un aumento de la paga de vacaciones. Además, los sueldos más bajos recibirán una paga extraordinaria de 750 marcos (46.000 pesetas) y los más altos de 600 marcos. La propuesta de la comisión de arbitraje que los sindicatos habían aceptado, pero que el Gobierno rechazó en su momento, consistía tan sólo en una subida de un 5,4% más una paga extraordinaria de 500 marcos.

Pese a que tras una huega tan larga y pesada todo el mundo aseguraba que las negociaciones durarían varios días, finalmente, poco más de 24 horas fueron necesarias para doblegar al Gobierno.

Acabada la huelga del sector público, que en todo caso los economistas consideran como la que menos daño puede hacer a la economía del país -pese a lo espectacular de sus incidencias-, le toca el turno ahora al sector del metal, las artes gráficas y la construcción. Los tres sindicatos de estos sectores han anunciado ya votaciones para esta semana con la posibilidad de convocar una huelga a partir del próximo lunes 18.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_