Asedio al penal senderista de Canto Grande
Cientos de policías y soldados peruanos mantienen cercado el penal limeño de Canto Grande, un bastión del grupo guerrillero maoísta Sendero Luminoso, donde alrededor de 600 presos se han hecho fuertes con armas y explosivos. Los reclusos plantaron cara a los policías y desde entonces ya han perecido 11 presos y dos agentes, aunque la cifra podría llegar a 20 muertos. El Gobierno de Alberto Fujimori parece haber optado por rendir a los rebeldes mediante la sed y el hambre. Su objetivo es evitar una repetición de la matanza de los penales, que en 1986 costó la vida a 300 reclusos en tres cárceles peruanas. Página 8
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