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Major anuncia su voluntad de trabajar con fervor por la comunidad Europea

Enric González

El primer ministro británico, John Major, estuvo a punto de ser el aguafiestas de la cumbre comunitaria de Maastricht. Cuatro meses después, las cosas son muy distintas: mientras otros líderes de la Comunidad Europea (CE) cuestionan los resultados de aquella reunión, Major defiende vigorosamente los acuerdos para la unión política y monetaria del Viejo Continente. La aplicación del Tratado de Maastricht, la consecución del mercado único a partir de enero próximo y el ingreso de nuevos países en la CE forma parte del programa de Gobierno de Major para la próxima legislatura, presentado ayer.

La reina Isabel II tomó asiento ayer, a las 11.30 de la mañana (hora local) en su trono de la Cámara de los Lores, el único que existe en el país, y procedió a la lectura del programa gubernamental conservador para el próximo año y medio. El discurso real, redactado por el primer ministro, contenía prácticamente todas las propuestas legislativas con las que Major ganó las recientes elecciones: privatización de los ferrocarriles y de la minería del carbón, nuevas restricciones sobre las huelgas en el sector público, reintroducción de la antigua Ley de Asilo para frenar la inmigración y creación de una lotería nacional.Por la tarde, en el debate sobre el discurso de la reina, John Major hizo especial hincapié, en la necesidad de preservar el impulso hacia la unidad europea. El Reino Unido asumirá la presidencia comunitaria durante el segundo semestre de este año, y su primer ministro se encontrará en una posición muy favorable Para aplicar sus ideas respecto a la CE. Otros países comunitarios, como Alemania, Italia o Francia, atraviesan serias crisis políticas o cuestionan ciertos aspectos de los acuerdos de Maastricht. Major, que acaba de obtener una nueva mayoría absoluta, no tiene problemas domésticos ni reservas sobre Maastricht, y quiere dedicarse intensamente a la CE a partir de julio.

Major reiteró ayer su visión de una CE extendida hacia el norte y el. este, con la inclusión de paises como Suecia, Austria, Suiza, Polonia, Hungría y Checos.lováquia. El Reino Unido, anuncié Major, se esforzará como presidente semestral en facilitar esa futura ampliación y en conseguir "un auténtico mercado único" a partir de enero de 1993. También propugnara una política de defensa perfectamente coordinada con la OTAN".

El primer ministro anunció, en el terreno interno, la equiparación del idioma galés al inglés dentro de Galés, lo que supone el fin de una larga discriminación. lingüística, y la creación de una lotería nacional "para sufragar buenas causas". Tales buenas causas serán muy variadas: desde la mejora del patrimonio cultural a la renovación del decrépito Metro londinense. En el apartado dedicado a la Carta de los Ciudadanos, sugestivo e inconcreto núcleo del pensamiento político de Major, he anunció una ley que establecerá la supremacía de los derechos de los particulares sobre los derechos sindicales. Esta ley supondrá una enorme dificultad para la realización de huelgas en los servicios públicos.

Canto de cisne de Kinnock

El dimisionario líder laborista, Neil Kinnock, entonó su canto del cisne en el debate de ayer. Tenso y envejecido, Kinnock cumplió con su obligación y criticó el programa de Major. Pero lo hizo sin fe y sin nuevos argumentos. Procuró ser breve (algo muy poco habitual en él) y salir del paso, a la espera de que su sucesor tome las riendas de la oposición a partir de julio.Como de costumbre, la sesión de apertura oficial de la legislatura se desarrolló en un ambiente distinto al de un colegio en el primer día de curso. La mayor novedad fue ver a Betty Boothroyd, la nueva speaker (presidente) de los Comunes y primera mujer que ocupa el cargo, vestida con el traje de su función, sin la peluca tradicional que ha dicho que no piensa ponerse nunca.

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