Otra vez
La idea es excelente; la capacidad técnica desplegada, impresionante. Y el resultado alarma. Me refiero a la Cadena de las Américas, una iniciativa de la compañía mexicana Televisa, con la colaboración o asociación de todas las televisiones de América Latina, y hasta de la española pública.El propósito inicial de esta cadena es el de darse a conocer unos a otros, precisamente en este año en que España celebra que los descubrimos mientras América apenas se encoge de hombros ante el hecho.
Nada resulta más sangrante para los propios americanos que el desconocimiento real que tienen de los otros pueblos de su continente. Cada país, encerrado en sus propios y graves problemas, sufre además la deliberada desinformación que propician los Gobiernos y auspician las grandes cadenas norteamericanas -aquí la CNN arrasa-, a los que lo que sucede en su patio trasero sólo importa cuando atañe a los intereses de su país.
Así las cosas, la Cadena de las Américas podría contar a los amerícanos la realidad de cada pueblo: sus tragedias, sus formas de vida, sus esperanzas. Muy pocos pueden permitirse viajar y conocer por sí mismos, y a los extranjeros que si podemos recorrer sus caminos nos resulta doloroso tener que informarles de viva voz sobre las peculiaridades y aconteceres cotidianos de los otros. No sólo les separan los límites fronterizos o geográficos: las malas intenciones de quienes pretenden mantenerles divididos resultan un muro aún más poderoso.
Por desgracia, todo lo que he visto hasta el momento en las emisiones de la cadena se reduce a cultura arcaica, bellas señoritas ataviadas con trajes regionales, paisajes lindos y discursos retóricos. Creo recordar que España les mandó Las bodas de Luis Alonso.
Otra vez, una ocasión perdida.
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