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Arrestados otros dos guardias civiles vinculados a la red de droga de Cádiz

La unidad de Servicios Especiales de la Guardia Civil detuvo ayer a dos agentes del mismo cuerpo, acusados de estar vinculados a una organización que se dedicaba a introducir a través de Cádiz grandes cantidades de hachís procedente de Marruecos, según fuentes policiales. La Operación Pitón, como la ha bautizado la Guardia Civil, se ha saldado por el momento con el arresto de cuatro guardias civiles, entre los que se encuentra el teniente jefe de la zona de El Puerto de Santa María (Cádiz).

El guardia segundo Martín Miguel Alvarado, destinado en el destacamento de El Puerto de Santa María, fue arrestado ayer por su presunta vinculación con la red delictiva denominada Everet, de la que se le supone que movía anualmente decenas de toneladas de hachís. Posteriormente, los encargados de la investigación realizaron un registro en el domicilio del agente, sin que se conozca si encontraron algo comprometedor.

Horas después, los guardias civiles desplazados desde Madrid arrestaron a Manuel Siles García, otro agente del mismo cuartel, sin que se hayan concretado los cargos existentes contra él.

La operación policial, que supervisa Carlos Bueren, juez de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional, se ha saldado hasta el momento con la detención de más de una docena de personas, entre ellas cuatro agentes. Entre estos se halla el teniente Andrés Palomino Guerrero, jefe de la línea de la Guardia Civil de Puerto de Santa María desde 1990. Palomino, que fue encarcelado el pasado viernes, tiene 49 años e ingresó en el cuerpo en 1963.

Otro de los sospechosos detenidos días atrás es Santiago Carnerero del Pozo, guardia civil en la reserva. Inicialmente quedó en libertad bajo fianza de 10 millones, pero el juez ordenó ayer que fuera nuevamente capturado y trasladado a la Comandancia de Sevilla, donde quedó recluido en calidad de preso.

La operación continúa

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Fuentes próximas a la investigación han indicado que hay indicios de que los guardias civiles "pudieran haber actuado como instrumentos que permitieron el tráfico de drogas". Los mismos medios señalan que el teniente Palomino es sospechoso de haber percibido varios millones de pesetas por dejar pasar por su demarcación un camión con un alijo de hachís de la banda Everet. Uno de los presuntos jefes de la organización es el sevillano Jaime González García, apodado El Manco de Bellavista, quien aparentemente se dedicaba a la compraventa de automóviles. González, también detenido en la misma operación, está supuestamente conectado con Alfonso Monge Castro, El Cazoleta, considerado cerebro de la red de blanqueo de dinero llamada Mufa, desarticulada a fines del año pasado. El juez Bueren está investigando la conexión de estos grupos con la Mafia italiana.

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