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El caos del sector eléctrico agrava la situación económica en Colombia

Colombia es hoy un país en tinieblas sumido en la peor crisis económica y social de los últimos tiempos. Treinta y tres millones de dólares semanales (3.300 millones de pesetas) está perdiendo la economía por culpa de los racionamientos de energía que se aplican en todo el territorio desde el 1 de marzo pasado.

Los apagones duran entre 8 y 12 horas diarias y cubren parte de la noche. La situación es absurda. Colombia, la cuarta potencia hidráulica del mundo, carga el 80% de la generación de su energía en las centrales hidroeléctricas. El resto de la carga la asumen las termoeléctricas. Al principio, la culpa de los cortes de luz cayó sobre el largo verano, el peor de los últimos 38 años. Se dijo que por eso se habían secado los embalses que alimentan a las hidroeléctricas. Poco a poco, sin embargo, se han ido encendiendo algunas ludes sobre las causas verdaderas del apagón: un sector eléctrico sin planificación alguna, con una pésima gestión y plagado de corrupción. Un ejemplo: el proyecto hidroeléctrico del Guavio, lleva seis meses de retraso y ha costado 1.800 millones de dólares más de lo presupuestado. En este momento se investiga por enriquecimiento ilícito a dos gerentes de la empresa de energía de Bogotá. Otro ejemplo: las plantas termoeléctricas dejaron de funcionar hace varios meses por falta de mantenimiento. A la corrupción que afecta al sector hay que agregar otros males: el verano, los atentados terroristas de la guerrilla y las huelgas.

"Si se prolonga la situación", advirtió un portavoz de ANIF (Asociación Nacional de Instituciones Financieras) "la economía nacional podría registrar, por primera vez en la historia, una caída absoluta de la producción". Los cálculos más optimistas hablan de racionamientos hasta finales de junio. Los más realistas aseguran que Colombia sólo saldrá de esta crisis a finales de año.

El Gobierno, que ha quemado parte de su buena imagen con este apagón, anunció un plan de expansión eléctrico para cubrir el déficit del sector de 1.038 millones de dólares y decretó la libre importación de plantas generadoras de energía. La línea de crédito que abrió el Instituto de Fomento Industrial para la importación de estos equipos se agotó en sólo cuatro días. Y para apaciguar el ánimo de los colombianos el Gobierno anunció la creación de un comité de alto nivel que persiga a los responsables.

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