"Los ciudadanos no nos perdonarían una política económica condicionada"

El ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, volvió a defender ayer el decreto-ley que recorta los subsidios de desempleo. Solchaga dijo que se sentía apoyado por el PSOE y que el Gobierno debía cumplir sus responsabilidades, "porque los ciudadanos nunca nos perdonarían tener la libertad de maniobra en política económica condicionada a los sindicatos o la patronal". El ministro no descartó una revisión a la baja de las previsiones de crecimiento de la economía española para 1992, tras los últimos datos del FMI.

Carlos Solchaga no pudo evitar ayer hablar de la situación económica y social española, en una reunión con periodistas españoles en Washington. El ministro llegó dispuesto a hacer una exposición como presidente del Comité Interino del FMI y se tuvo que conformar con su papel de responsable del Plan de Convergencia.Solchaga reconoció, por primera vez, que la economía española no podrá crecer el 3% previsto para el presente ejercicio. "Yo no descarto", dijo, "que a la vista de esta revisión a la baja de las previsiones del FMI haya que reducir ligeramente las previsiones de crecimiento en España para 1992. Espero que no sea mucho, pero es verosímil esa reducción".

También asumió el ministro que el sector público no se está comportando todo lo bien que debiera en lo que va de año, aunque echó la culpa del aumento del déficit a los menores ingresos motivados por los casi 150.000 millones de pesetas de devolución por impuestos sobre beneficios y el retraso en los pagos a cuenta del IRPF.

Ante la avalancha de preguntas sobre el enfrentamiento entre el Gobierno y los sindicatos, el ministro intentó restar importancia a la polémica, aunque no dudó en defender las medidas anunciadas por el Ejecutivo. Solchaga descartó cambios en el decreto-ley en su trámite parlamentarlo del próximo jueves -"es imposible, porque el reglamento sólo admite votos a favor o en contra, no modificaciones parciales", dijo-, aunque dejó abierta la posibilidad de nuevas aportaciones cuando se tramite como proyecto de Ley, "siempre que no cambie sus objetivos o su orientación". Añadió que "en este caso, y como suele ocurrir siempre, hay un acuerdo total entre el Gobierno y el PSOE".

Precisó que no había discrepancias porque todos tenían clara la necesidad del decreto, "porque la desviación del presupuesto del Inem había creado una situación imposible de sostener, como consecuencia de prácticas inadecuadas".

Preguntado sobre lo que ha podido fallar para que los sindicatos convoquen una huelga general, Solchaga explicó que no se trataba de fallos de unos o de otros. "Lo que creo que no tiene sentido es que la crispación sea tan dramática", dijo. Añadió que "el Gobierno no tiene ningún interés en la crispación. Habría que preguntar a los sindicatos".

Respecto a los efectos de la huelga, el ministro declaró que depende del éxito y de sus características, "aunque las huelgas ya no tienen la misma trascendencia como cuando eran grandes instrumentos revolucionarios". Añadió que el único efecto negativo que aprecia en estos momentos es la posible incertidumbre entre los inversores extranjeros y aprovechó para culpar a las centrales sindicales: "La responsabilidad es de los sindicatos. El Gobierno no convoca huelgas".

El ministro comentó que no reprochaba nada a los sindicatos, "porque ellos tienen su estrategia y sus responsabilidad y nosotros la nuestra. Lo que lamento es que ambas estrategias no sean más compatibles". Solchaga dijo entonces tajantemente que el Gobierno tiene que cumplir con sus obligaciones: "Nadie puede tener la libertad de maniobra en política económica condicionada a los sindicatos o la patronal, porque los ciudadanos no se lo perdonarían".