Prejuicios y machismo
Estamos ahora en un año memorable para España y la CE. Los países comunitarios tienen aún mucho que arreglar. Los europeos no están listos tampoco. Hay aún demasiadas diferencias entre los 12 miembros; por tanto, hay prejuicios y falta de comprensión. Abrir las fronteras no bastará. Es necesario que la gente también se abra.El pueblo español desconfía del extranjero. Esta desconfianza, aunque sea comprensible, tiene que parar. Hay muchos españoles que menosprecian a los extranjeros en general y que, en el caso de las extranjeras nórdicas, piensan que sólo sirven para ligar. Al menos esa fue mi impresión cuando estuve como au pair en España. Vivía con una familia española. Al principio surgieron los típicos problemas de adaptación, pero podíamos solucionarlos. Las últimas semanas me llevaba bien con el jefe. La verdad es que él no me trataba como a una criada, lo que suele pasar a las chicas au pair. Sin embargo, resultó que quería otra cosa. Intentaba ligar conmigo, incluso llegó a la coacción. En otra ocasión estaba esperando el autobús. Era de noche y estaba sola. Cuatro tipos, alternativamente, me molestaron con invitaciones dudosas, las cuales, por supuesto, no acepté. Tales incidentes ocurrían repetidamente. Este tratamiento me fastidiaba muchísimo. Hay límites.
La culpa la tienen, sobre todo, los prejuicios y la mentalidad española. En España se cree que las mujeres de los países nórdicos somos todas iguales: rubias, altas, fáciles y tontas. Naturalmente, hay turistas que van a España por el sexo, pero no todas somos así. Lo que pasa es que se desconocen otras culturas. Sólo se saben historias exageradas contadas por terceros. No afirmo que todos los españoles opinen así, ya que conozco a algunos jóvenes que, afortunadamente, piensan de otra mane-
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