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El Ayuntamiento se moviliza después de ser apuñalado otro taxista

Ana Alfageme

El taxista madrileño José Antonio Cifuentes Sánchez, de 52 años, estaba enfurecido la semana pasada por el asesinato de un compañero. Ayer la sangre le salpicó a él. En una calle del distrito de Chamartín, dos hombres le atravesaron con una navaja el hígado y el pulmón a las cinco de la madrugada, y su estado era grave. La noticia provocó que el Ayuntamiento convocase una comisión el jueves que "tomará medidas". Los taxistas exigen de inmediato que se les subvencionen las mamparas protectoras.

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"¡Ya está, le ha pasado algo a José Antonio!", pensó Marisa Almagro, la esposa del taxista, cuando el teléfono sonó a las seis de la madrugada de ayer en su casa del barrio de Carabanchel. La policía le informó que habían llevado herido a su marido a La Paz. En ese momento lo estaban metiendo en el quirófano.En la confluencia de las calles de Alfonso XIII y de Narciso, en Chamartín, una ambulancia municipal había recogido al conductor poco después de las cinco de la madrugada. El hombre estaba dentro de su coche, un Opel Kadett propiedad de Joaquín Gorgas Ordovás. José Antonio y Joaquín explotaban el taxi con un conductor más. El vehículo no llevaba mampara, y el herido tenía tres puñaladas: una en el pecho, otra en el abdomen y una más en la axila.

Sospechoso detenido

Minutos después, un peruano de 28 años era detenido cerca de allí. Según fuentes policiales, el arrestado llevaba encima 18.000 pesetas y estaba en situación legal en España. Por la mañana se negó a declarar.José Antonio estuvo más de tres horas -hasta las 9.15- en el quirófano, donde los médicos de la Paz le suturaron los cortes. "Tiene una herida en el hígado y otra en el pulmón, además de la puñalada en la axila, que le cortó una vena y por la que ha perdido mucha sangre", informaba ayer su hija mayor, Susana, de 23 años, después de pasar a ver a su padre. Los médicos le dijeron que habría que esperar 48 horas para decir que el herido no corre peligro. Según fuentes de La Paz, su pronóstico -con una acumulación anómala de sangre y aire en el tórax, por las heridas- es grave. José Antonio tiene otros dos hijos, un muchacho de 19 años, que deambulaba por la sala de despertar -donde estuvo ingresado ayer todo el día su padre- y una niña de dos años y medio.

"Mi padre iba cambiando de turno, pero últimamente trabajaba por la noche", se lamentaba la hija, "y no subía nunca en el taxi a más de tres personas ni a gente con mala pinta". José Antonio había salido indemne de dos atracos. En el primero, hace cinco años, le robaron la recaudación de toda la tarde, unas 8.000 pesetas. "La otra fue el año pasado", explica la esposa del herido, "y se salvó porque cuando le pusieron la navaja en el cuello dos chavalines se rompió su asiento, y como mi marido es grueso, se cayó encima de ellos. Salieron corriendo". La crónica negra del taxi de este conductor no acaba aquí. El otro hombre que trabaja en el mismo vehículo estuvo ingresado 15 días tras ser apuñalado hace un mes, según denunciaba, muy enfadado, el propietario del taxi, Joaquín Gorgas.

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Al taxista herido ayer le afectó mucho la muerte de su compañero Ángel Bueno Manso, de 60 años, apuñalado el lunes de la semana pasada casi a la misma hora. "Han ido a por él, han querido cargarse a un taxista, sin más', me dijo mi padre". Así recordaba ayer Susana, su hija, la reacción de José Antonio. Los taxistas de Madrid colapsaron la Castellana dos horas el pasado martes, cuando fueron a enterrar a su compañero. No lograron arrancar ninguna medida de seguridad al Ayuntamiento.

Pero lo ocurrido a José Antonio ha provocado ahora reacciones donde no las hubo entonces. El alcalde en funciones, Luis María Huete -en ausencia de José María Álvarez del Manzano, que se desplazó a la inauguración de la Expo 92- acudió ayer, junto con los concejales de Seguridad, Carlos López Collado, y de Circulación, José Antonio García Alarilla, a visitar al herido.

Después, convocaron una comisión especial de las dos concejalías para "tomar medidas concretas", en palabras de López Collado, tras una reunión que mantendrán los taxistas con el edil de Circulación. Entre ellas puede estar la subvención de las mamparas. Eladio Núñez, presidente de la Asociación Gremial del Taxi, a la que pertenece el herido, dijo que mañana se reuniría con el delegado del Gobierno, Segismundo Crespo, para pedir que medie con las administraciones y se tomen medidas. "Soluciones: subvención de las mamparas y controles policiales, por ejemplo. Si no sale bien, plantearemos manifestaciones o paros", añadió Núñez. El presidente de la Plataforma Reivindicativa del Taxi, Pedro Bembibre, anunció ayer una manifestación, sin concretar el día. "Los taxistas sufren de 10 a 12 atracos diarios; los menos importantes ni se denuncian. Queremos subvenciones ya".

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Sobre la firma

Ana Alfageme
Es reportera de El País Semanal. Sus intereses profesionales giran en torno a los derechos sociales, la salud, el feminismo y la cultura. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora jefa de Madrid, Proyectos Especiales y Redes Sociales. Ejerció como médica antes de ingresar en el Máster de Periodismo de la UAM y EL PAÍS.

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