De Klerk, Mandela y Buthelezi participan juntos en un mitin en el norte de Suráfrica
Por primera vez el presidente surafricano, Frederik de Klerk; el jefe del Congreso Nacional Africano, Nelson Mandela, y el líder del partido zulú Inkhata, Mangosuthu Buthelezi, participaron ayer juntos en un mitin. Este acontecimiento, que atestigua el progreso del diálogo en Suráfrica, tuvo lugar en Moria, en el Estado norteño de Transvaal, donde los tres hombres acudieron a una ceremonia religiosa con motivo del Domingo de Resurrección.
De Klerk, Mandela y Buthelezi son los tres protagonistas claves del actual proceso de negociaciones que persigue la desaparición definitiva del apartheid. No habían aparecido juntos en público desde la firma, en el mes de septiembre pasado, de un acuerdo de paz después de violentos enfrentamientos en los guetos negros. Aunque quisieron aprovechar los tres este nuevo encuentro para hablar, con un lenguaje más religioso que político, de la necesidad de la paz, no pudieron, sin embargo, esconder serias divergencias sobre la naturaleza de los obstáculos que impiden alcanzarla. "Esto es la celebración de la resurrección del Mesías, que actuó sin arma!, sin soldados, sin tropas", recalcó Mandela, el más aplaudido por el público.
"Pero mientras inclinamos la cabeza para rezar, los gritos de los hombres que luchan en sangrientas batallas llegan a nuestros oídos, y sabemos que esta noche será una noche de duelo", añadió Mandela, en una alusión a los acontecimientos que habían tenido lugar unas horas antes cerca de Johanesburgo, donde unos hombres armados entraron en una casa de una barriada negra y mataron a tiros a ocho miembros de una familia. Mandela dejó entender que la policía se encuentra detrás de la violencia que causó 5.000 muertos negros en los últimos dos años.
La respuesta de De Klerk
De Klerk, por su parte, insinuó que la violencia es el resultado de una lucha por el poder entre el Congreso Nacional Africano e Inkhata. "Los cristianos deben dar prueba de valentía frente a la adversidad", advirtió. "Lo que significa", añadió, "decir no a la intimidación y no dejarse arrastrar a actuaciones con las cuales uno no está de acuerdo".En cuanto a Buthelezi, quien recibió el apoyo más frío, afirmó que a veces las matanzas en los guetos le daban "vergüenza" de ser negro, y negó cualquier responsabilidad de su partido en el múltiple asesinato de la mañana. "Parece a veces que es el propio Satanás quien está allí, empujando a los que disparan las metralletas, que lanzan las granadas y prenden la mecha para quemar a la gente", dijo en lo que se interpretó como una velada alusión al Congreso Nacional Africano.
La reunión de ayer había sido organizada por la Iglesia cristiana de Sión, que es, con más de tres millones de miembros, una de las más poderosas del país y mezcla elementos de la tradición africana con los de la cristiandad.
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