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Reportaje:

Ojalá que este coche sea robado

La dificultad de 'quitarse de encima' un vehículo abandonado en un subterráneo

Un BMW, un Mercedes, un Volvo y hasta una ambulancia esperan en los aparcamientos públicos a que sus dueños vayan a retirarlos. Algunos llevan más de diez años ocupando una plaza. Se calcula que unos cien coches están abandonados en estacionamientos públicos de Madrid. Sólo la empresa Estacionamientos Urbanos, SA (EUSA), que tiene cuatro aparcamientos, acoge 15 vehículos olvidados. Retirarlos supone una complicada burocracia administrativa. Mientras tanto, la plaza permanece ocupada y las pérdidas económicas se acumulan.

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No son coches robados, pero tampoco están dados de baja, por lo que ni la policía ni la Dirección Provincial de Tráfico pueden tomar cartas en el asunto. El problema es, entonces, demostrar que un coche está abandonado. El proceso es lento y laborioso."Empezamos a sospechar que un coche no va a ser retirado cuando lleva más de un mes en nuestras instalaciones, explica Juan Manuel Rascón, director general de EUSA. "Observamos cómo poco a poco se van deteriorando y cómo van perdiendo algunas piezas. A partir de ese momento, y después de comprobar con la policía que no es un vehículo robado, nos ponemos en contacto con Tráfico para conocer los datos de su propietario".

Todo se simplifica si el vehículo es robado o lleva matrícula falsa, porque la policía se encarga automáticamente de retirarlo. Pero si se trata, como es habitual, de coches viejos cuyos dueños no han pagado los impuestos municipales de circulación o tienen multas pendientes, deshacerse de él puede tardar varios años.

"Enviamos una carta al propietario para que se lo lleve", prosigue Rascón. "En la mayoría de los casos ni nos contestan, o nos la devuelven con el sello de dirección desconocida. Hasta ahora, el Ayuntamiento nos exigía que, de. una u otra manera, demostráramos que efectivamente estaba abandonado. Pero sin la respuesta del dueño era imposible. Ahora hemos llegado a un acuerdo por el cual si a las dos cartas sucesivas no hay respuesta, el Ayuntamiento accede a llevárselo al depósito municipal".

"La retirada del vehículo se hace normalmente en la calle, pero si el concesionario de un aparcamiento lo solicita, también podemos actuar. La carta debe enviarla el Ayuntamiento", comenta Germán García San Juan, jefe del departamento central del área de Circulación y Transportes del Ayuntamiento de Madrid. "Lo que el concesionario ha de hacer es notificarnos que un vehículo que entró hace unos meses no se ha movido y presenta claros síntomas de deterioro".

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La carta que envía un particular, en este caso la empresa concesionaria, no tiene rango oficial. "No basta con que el dueño del aparcamiento lo haya notificado al propietario, nosotros necesitamos el acuse de recibo, y a partir de ese momento comenzarían los trámites. Cumplidos estos requisitos, el Ayuntamiento no tiene ningún problema para llevarse esos coches", asegura Germán García.

Un auténtico cementerio

Pero el proceso no termina aquí. Como la mayoría de los propietarios no contesta a estos requerimientos, es necesario un nuevo paso: la publicación de un edicto en el Boletín Oficial de la Comunidad en el que se avisa al dueño de que, si no se lo lleva en el plazo de un mes, el coche será reducido a chatarra, que es el destino de los automóviles abandonados. El lugar preferido para deshacerse del coche sigue siendo la calle. El Ayuntamiento de Madrid retira 50 ó 60 coches diariamente de las calles. En los tres primeros meses de este año, ya se ha hecho cargo de 3.413 vehículos olvidados en la vía pública.

De los cuatro aparcamientos que EUSA gestiona en Madrid, uno de ellos, el de la plaza de España, va camino de convertirse en un cementerio de automóviles. Allí duermen desde hace años 11 coches sin dueño.

Pero sin duda el caso más curioso es el de una ambulancia que, desprovista de todo el material sanitario, ha quedado arrinconada en el aparcamiento que EUSA tiene en la calle de Montalbán, al lado de Correos.

"Éste es un caso especial", dice Rascón. "Tenemos perfectamente localizado a su propietario. El vehículo fue vendido, pero con tan mala fortuna que, antes de terminar de pagarlo, el nuevo propietario falleció. La viuda y el vendedor mantienen un pleito y, mientras tanto, nosotros no podemos mover la ambulancia".

"Aunque existe una vigilancia constante, sobre las tres de la madrugada se hace una ronda para comprobar las matrículas y que todo esté en orden", comenta el director general de EUSA.

Las pérdidas económicas que supone este abandono son difíciles de cuantificar. Pero si las tarifas en un aparcamiento de concesión municipal son de 170 pesetas la hora y 1.750 al día, el perjuicio puede llegar a ser muy elevado.

Los dueños de estos coches prefieren no ser localizados. La deuda contraída con el aparcamiento saldría mucho más cara que lo que obtendrían por la venta del vehículo.

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