La Expo minimiza el incendio del pabellón de las Islas del Pacífico y garantiza la seguridad

La Sociedad Estatal Expo 92 y el Gobierno garantizan la seguridad a los centenares de miles de visitantes que, a partir de mañana, acudirán al recinto de la Expo. Pese a que el viernes pasado, sólo tres días antes de la inauguración, se registró otro incendio que destruyó el pabellón de las Islas del Pacífico, la Expo minimizó el incidente, originado cuando Matthew John Smith, obrero británico, realizaba una soldadura en las tuberías del sistema antiincendios del pabellón. Smith fue puesto ayer en libertad tras declarar ante la juez de Instrucción de Sevilla Eloísa Gutiérrez, pero no podrá abandonar España hasta concluir la investigación. Las fuentes consultadas coinciden que el incendio se debió a la negligencia del operario.

El ministro de Relaciones con las Cortes, Virgilio Zapatero, aseguró a EL PAÍS que los organizadores de la Expo habían ya arbitrado una solución para que las Islas del Pacífico Sur participen mañana en la jornada inaugural de la muestra. La Sociedad Estatal ha cedido uno de los espacios escénicos del recinto -situado entre los pabellones de Rusia, Canadá y el Principado de Mónaco- para que actúen los grupos folclóricos de Papúa Guinea, Fiji, Kiribati y Vanuatu, las cuatro islas agrupadas en el pabellón. Las actuaciones musicales y de danza constituyen el principal atractivo de estos participantes.El pabellón -construido con cañas, bambú, caoba, cuerdas de coco y hojas de palmeras- tiene un presupuesto de unos 500 millones de pesetas aportados a partes iguales por la Sociedad Estatal, la CE y los cuatro países participantes.

El pabellón, según manifestó el jefe de Bomberos de la Expo, Ramón Fernández Becerra, no tenía aún licencia de apertura. "Ha sido un incendio en fase de obras", afirmó. Becerra aseguró que, pese a la rápida intervención de los bomberos de La Cartuja -el hangar contraincendios dista escasos metros de donde se encuentra el pabellón-, no se pudo hacer nada por salvarlo. Becerra afirmó, a 48 horas de la apertura, que "muchos pabellones" no tienen licencia: "Algunas las daremos a las 11 de la mañana del lunes".

Además, las prisas de última hora hacen que, ayer mismo, miles de operarios todavía se encontraran en los distintos pabellones realizando los últimos trabajos y desembalando las piezas que serán exhibidas en los diferentes pabellones.

Algunos creen a las autoridades que les garantizan la seguridad en la isla de la Cartuja, pero les debe quedar alguna duda. Así, el obispo maorí Vercoe celebró en la mañana de ayer una ceremonia que incluía hechizos, cánticos y salmodias para ahuyentar los malos espíritus del pabellón de Nueva Zelanza, uno de los que se ha ofrecido a cooperar con los afectados por el incendio en el de Islas del Pacífico, informa Efe.

Dean Ashton, un técnico australiano responsable de las instalaciones eléctricas y de sonido del pabellón, afirmó que el edificio de Islas del Pacífico ardió en menos de cinco minutos. "Yo estaba abajo en el sótano y sólo pude echar a correr. Era como una tea y, aunque los bomberos llegaron enseguida, todo quedó destruido". Los responsables del pabellón estudian ahora reconstruirlo: "Es nuestra gran duda. Si conseguimos traer de nuevo todos los materiales y a los artesanos tardaríamos un mes en hacerlo de nuevo".

Ashton afirmó que en el caso de que el sistema contraincendios hubiera estado operativo el agua hubiera impedido la propagación del fuego. Este sistema consta de unas tuberías con aspersores que cubren toda la estructura de madera.

Materiales en venta

El pabellón está integrado por cuatro zonas, tres de ellas construidas en madera. La entrada del pabellón reproducía una iglesia típica de Fiji, que daba paso a una zona de estar denominada Tale, mientras que el tercer cuerpo semejaba una haus tambaran o casa espiritual originaria de Papúa Nueva Guinea. La cuarta zona estaba destinada a servicios. "Ahí estaba la sala vips, pero ahora...", se lamentó Ashton. En el momento del incendio se hallaban trabajando seis personas en el sótano -que quedó inundado tras la actuación de los bomberos- y unas 30 en el exterior de la parcela. Algunos elementos decorativos del edificio habían sido vendidos para después de la Expo.

Fuentes de la Sociedad Estatal advirtieron del peligro de derrumbe que presentan algunas de las estructuras del edificio, como dos largos tejados de más de 20 metros, que pretenden desmontar en las próximas horas. Los contenidos, según Ashton, no han sufrido desperfectos.

La policía señaló que no hubo intencionalidad en el origen del fuego, aunque sí "una negligencia". La policía detuvo a Smith, de 26 años, a las pocas horas de iniciarse el incendio.